Es un ejemplar que nos brinda autoconfianza y a la vez nos lleva a razonar sobre nuestros actos y decisiones, en el cual no se trata de justificar a unos y de culpar a otros; queremos que sea la justa balanza en donde el contrapeso, sea lo correcto, con honestidad y equidad. Es un error el que juzguemos a las personas sin antes conocerlas; lo mas loco y absurdo para unos, es lo mas maravilloso, extraordinario y valido para otros. No vale mas uno que otro y tampoco hay diferencias entre ambos y entre los hijos. Hay que entender que todos tenemos aciertos y errores. Ello no nos hace distintos a los demás. Simplemente que tenemos que aprender a convivir en una sociedad, y si queremos que esta sea justa, honesta, sensible, entregada, comprometida, leal, valerosa, consiente de sus actos y acciones, cumplida, tenaz, humilde, transparente, autentica y de excelentes resultados, ello es muy fácil; simplemente seamos y vivamos cada uno de nosotros de tal manera. Desgraciadamente, no somos así, lo exigimos de los demás, pero no lo hacemos cada uno de nosotros. Es decir, estamos contrariados, desintegrados, peleados, aborrecemos, renegamos y a hasta abusamos, simplemente en respuesta a que las cosas no son como deseamos. Pero ninguno de nosotros somos, como deseamos que los demás lo sean. Y los primeros que los recientes son nuestros seres queridos, esa familia que algún día presumimos que habríamos de tener y que ahora no tratamos como deberíamos y a la cual no entendemos simplemente porque hay nuevas ideas, costumbres, modas, y amistades que aportan ideas y tratos muy distintos a los que nosotros nos programamos. Entendámoslo, somos una sociedad en cambio, la célula social más importante del mundo, "La familia", con la que estamos muy inconformes, pero a la vez muy demandante, exigente y estrictos para con todos, a veces hasta para con nosotros mismos, pero cuidado, así se construyen las dictaduras, no las familias. Se busca encontrar el estatus ideal de las relaciones familiares, para lo cual tenemos que colaborar todos. Tenemos que participar sutilmente para realizar una autoevaluación personal de cada uno de nosotros y corregir, de ser preciso, para favorecer el entendimiento y acercamiento familiar. Este ejemplar, nos lleva en un recorrido por algunos de los puntos de conflicto mas común entre familiares y amigos, quienes de alguna manera se encuentran integrados a nuestras vidas. No solo es bueno leerlo, sino también entenderlo y hojearlo de vez en cuando para que no perdamos la equidad en nuestro trato y vida diaria. Es un compendio de consejos, simples, sencillos y fáciles de seguir, para que los padres, hijos, abuelos, nietos y amigos también lo pongan en practica en sus propias vidas y en su trato para con todos los demás; este ejemplar es un compañero de cabecera, que no pasa de moda y que si resuelve dilemas. Un buen libro, no es solo un excelente regalo, es un consejero que sin condiciones nos muestra y señala puntos importantes de nuestras vidas. Es también un compañero fiel, siempre listo y aguardándonos para compartir su contenido, a cambio solo de que lo conservemos; apreciándolo, es así como una biblioteca se llena con amigos que hablan franco, no solo son tinta y papel.