About the Book
Excerpt from Una Excursi�n a Trav�s de la Inmortalidad: O Sea, Reminiscencias de los Grandes Hombres Que en el Curso de MI Vida He Concido en el Nuevo y en el Viejo Mundo Llamado por la carrera en que me eu sayaba �(que no era la teolog�a), a'co nocer y a tratar hombres de letras 6 sim lemen_te hombres de prensa, visit� en os talleres de su imprenta (la Tribz� na, de Nueva York) al c�lebre Horacio Greeley, que hab�a sido cajista, y obtu vo, algo ...m�s tarde, varios millones de sufragios para presidente de la Uni�n. Era entonces Mr. Greely un hombre de 42 a�os, de rostro sumamente dulce un tanto trabajado por'las fatigas de las luchasq�e la pobreza impone a los que en sus propios zapatos viajan y suben; y aunque en aquella �poca era ya mi llonario, vest�a como_simple artesano, cubriendo su anticipada calvicie con un enorme sombrero de paja de la India. En el momento de presentarle un bille= teide introducci�n se hallaba frente a una caja de tipos, esto es, junto a un burro, con un_ componedor'de fierro en la mano, formando su galera, como el �ltimo* aprendiz de la imprenta, y aun que su traje de obrero le habr�a hecho parecer a cualquiera un pobre diablo, casi un mendigo, ...convid�me a pasar el pr�ximo domingo en su mansi�n de cam pc, que era nu - palacio, as� como el del famoso due�o del no menos famoso diario El Newyork Herald, Mr. James Bennett. Era este �ltimo un _anciano de cerca de 70 a�os en 1866, tipo escoces, secoy �rido, pero con un aspecto de simpli cidad en su trato y costumbres que le hac�a atrayente: Ten�a este hombre as tuto, que lleg� alos Estados Unidos a pie descalzo, como el archimillonairio Ale jandro Stwart, tres palacios y otros tan tos millones en oro. Su imprenta era un palacio, su casa en la Quinta Aye nida otro palacio _y su quinta en Fort Washington, dos leguas de la ciudad, r�o Hudson arriba, otro r�stico palacio� 'en esas tres regias moradas ofreci�nos cordial y casi generosa-hospitalidad, por niendo_( desinteresadamente su poderoso diario al servicio de Chile, sin exigir la menor retribuci�n. Su mujer, que era escritora, y fumaba cigarrillos, se con tentaba con algunos ramos de florescu trelazad�s con atados de cigarros simu lando camelias, trabajados por las exper tas manos de las �oristas norte - america nas, que, en este arte hacen cosas ver daderamente primorosas. El �nico hijo de ambos, el hoy.. Opulen - t�simo y sim patico James Gordon Bennett, que - Via. Ja a Europa en Sus propios vapores y ha tendido un cable/a trav�s del At l�ntico para su �propio uso, era en aquel tiempo un muchacho un tanto rudo, pe *ro franco, varonil, resuelto, dejandoya -entrever muchas de las levantadas cua lidades que hoy le han hecho popular. El d�a que pase...en su...quinta de cam po, Mr. Bennett padre, se entretuv'o to do el d�a en jugar_con un loro de Su matra. Er'a domingo. Al siguiente d�a, y toda la semana y todo el a�o, lo v� entretenerse en la Ciudad con otro loro, es de01r, con su diario. About the Publisher Forgotten Books publishes hundreds of thousands of rare and classic books. Find more at www.forgottenbooks.com This book is a reproduction of an important historical work. Forgotten Books uses state-of-the-art technology to digitally reconstruct the work, preserving the original format whilst repairing imperfections present in the aged copy. In rare cases, an imperfection in the original, such as a blemish or missing page, may be replicated in our edition. We do, however, repair the vast majority of imperfections successfully; any imperfections that remain are intentionally left to preserve the state of such historical works.