Desde el instante que llegaste aquí, para leer esta pequeña ilustración de contenido, hay un próposito por el cual estás aquí, y con la certeza de que Dios, nuestro Buen Pastor tiene mucho que decir a tu vida. Todas buscamos un consuelo y refugio oportuno, en lugares y personas equivocadas, y no logramos encontrar lo buscado. Quizá muchas veces te han fallado y no confías en los que están a tu alrededor; como es lo más común en nuestras vidas. Y en este período de acontecimientos sorpresivos que ha ocasionado una pandemia mundial, aún más. Pero hay buenas noticias que son permanentes y eternas a las que nos hemos dejado de un lado y sin darles el valor debido. Caminar al lugar correcto siempre nos cuesta y aún más si todo está mal en nuestro interior. Un viaje a la intimidad con nuestro Buen Pastor, de una sencilla, humilde y desde el fondo de un corazón roto, sediento de consuelo en los momentos de necesidad, será un vehículo para llegar a los brazos de Cristo Jesús, nuestro Señor amado, quien espera por ti, por mí, por todas y darnos cuido, resguardo, protección, sanación y una vida eterna a su lado. No sé cuál sea tu necesidad, pero quiero compartir que en mi vida, Él me rescató de la muerte, soledad, angustia, calamidades, tristezas muchas veces, de las cuales nunca valoré, pero desde ese momento crucial, ocurre una intersección y mi vida cambia. Mi Buen Pastor estaba regresando a rescatar una oveja perdida y puso en mis manos este hermoso Salmo 23, que fue el vínculo inicial a una relación que hoy día es maravillosa. En las letras de este viaje a la intimidad con Él, encontrarás palabras sencillas, vividas desde una vida sedienta de todo aquello que el mundo no pudo darme, y que hoy es tu día, donde Dios pone en tus manos una palabra que hablará a tu alma directamente, solo abre tu corazón, deja que Él se acerque y te de todo lo que has estado buscando toda la vida. No te prometo elocuencia perfecta, ni una temática teológica sofisticada, pero si te doy la seguridad de que dar pasos a la oración con nuestro Señor es la llave que abre un mundo desconocido del que jamás querrás salir y serás parte de un rebaño al cuido y resguardo de nuestro Padre amado. Recoge todo el dolor, la angustia, la soledad e impotencia de vida y entrégale todo a Dios y este viaje será maravilloso, Él te mostrará esos pastos de paz y bien donde podrás descansar confiada de que no estás sola, y que nunca más lo estarás. Un fuerte abrazo.