About the Book
Este es un libro maravilloso. Un libro de personajes que emergen de las auténticas zonas del dolor y de la belleza, en definitiva, del profundo significado de la vida.
Los pretextos son los dramas sociales, políticos; el mundo de la cultura, del arte, pero el gran trasfondo es la carga vital, humana, que tanto preocupaba a ese muchacho que se llamó Tomás, y que se construyó a sí mismo, como Tomás Andréu.
Conocí a Tomás dentro de la dinámica del periodismo cultural que ejercí (y acaso ejerzo aún) en los ámbitos de la televisión, la radio y la prensa escrita.
Lo conocí, si la memoria no me burla, dentro de una cabina radial, y cosa curiosa, el entrevistado fue él, poco importa ya el motivo, aunque recuerdo que era sobre un festival poético con el cual, Tomás colaboraba muy entusiastamente.
Ese fue el inicio de una amistad que se prolongó por algunos años, donde los encuentros nunca duraron mucho, como sucede normalmente con las personas, seres u objetos que nos cautivan intensamente, pero dejaron en ambos la señal inequívoca de un noble y fuerte afecto.
Tomás se me presentó como el joven conversador, jovial, afable que era, pese a que su mirada y actitud corporal denotaban el arrastre de una timidez histórica, que no existía nunca una vez que asumía su condición tan natural de periodista, donde las preguntas, la aguda inquisición no cesaba nunca. Nunca cesaba.
Como los niños, llenos de asombro, a Tomás la realidad le fascinaba, por ello propendió al misterio de la poesía; y por ello, el país, le dolía tanto, en su brutal injusticia. Por ello, en su dimensión de héroe mitológico, novelesco, perseguía la verdad afanosamente, la buscaba, la olfateaba donde estuviera, sin importarle los peligros que pudiera correr, al preguntar lo que preguntaba. Para Tomás no existían los matices en esto, la pregunta salía cruda, directa, sin tapujos, extendiéndose más allá de los formatos y límites convencionales, fundiendo periodismo y literatura. Volviendo el periodismo literatura y la literatura periodismo.
Dicen que los seres humanos siempre nos revelamos en lo que hacemos y no hacemos; en lo que amamos y en lo que odiamos. Las entrevistas de Tomás, son perfectos diálogos con los otros, pero son en muy buena medida, diálogos consigo mismo. Preguntando a otros, Tomás, se preguntaba y se respondía también infinitamente. Y como buen periodista, nunca estaba satisfecho, siempre había otro horizonte, otra idea, otra realidad que exigía una palabra.
Por este libro, desfilan cantidad de voces y realidades, desde distintos ámbitos, desde distintas perspectivas, pero hay una voz única, que sigue, como en el evangelio, clamando en el desierto.
No son para nada frecuentes en el país, los libros de entrevistas, normalmente éstas se publican en los formatos periodísticos, y duran lo que dura el día; sin embargo, las entrevistas que acá se consignan por la feliz iniciativa de la familia del amigo ausente, y por la generosidad de sus editores, están llamadas a quedarse para siempre entre nosotros, porque su verdad, su testimonio, está tan lleno de luz, que es imposible que lo marchite el tiempo.
El poema en prosa, más que una semblanza, que Tomás escribió basado en la persona y en el trabajo del artesano Mario López Vega, recoge una bella expresión, que es aplicable también a él con gran propiedad: "Obseso. Ese es tu defecto y tu virtud. No importa si estás sano o enfermo. Ahí estás sacándole chispas a las piedras".
Y las piedras de Tomás Andreu, eran las palabras. Las palabras con las cuales batalló, hasta dominarlas, para, a través de ellas, mostrarnos y dejarnos un mundo, más auténtico y verdadero, esto es, queridos amigos y lectores, más bello.
ÁLVARO DARÍO LARA