Ni el tío ni el sobrino es una comedia de José de Espronceda, representada por primera vez en 1834. Coescrita con Antonio Ros de Olano, la obra se inscribe en la tradición del teatro moratiniano, que explora los valores y las costumbres de la sociedad de la época. Aunque Espronceda es más conocido por su poesía y su prosa, este acercamiento al teatro revela otra faceta de su talento literario.
La obra comienza con un diálogo entre Don Martín y Ambrosio, donde se discuten los gastos y los obsequios que Don Martín ha ofrecido a unas damas. La charla es un reflejo de las preocupaciones sociales y económicas que subyacen en la vida cotidiana. A través de este diálogo, se desvela la personalidad de Don Martín, un hombre que, a pesar de su preocupación por los gastos, encuentra un verdadero placer en ser generoso, especialmente cuando se trata de personas que valora.
El tema del dinero y la generosidad se presenta aquí como un microcosmos de las tensiones sociales más amplias. La obra explora la dualidad entre el egoísmo y la generosidad, entre las obligaciones sociales y los deseos personales. Don Martín se debate entre la satisfacción personal que obtiene al ser generoso y la realidad de que tal generosidad tiene un costo. Además, a través de su relación con las damas, en particular con Luisita y su madre, se abordan temas de educación y moralidad, resaltando los valores y expectativas de la sociedad en la que se desenvuelven estos personajes.
Uno de los aspectos más interesantes de la obra es el lenguaje. Aunque el diálogo puede parecer sencillo, está imbuido de matices que revelan mucho sobre los personajes y sus actitudes. Don Martín, por ejemplo, emplea un tono algo sarcástico cuando habla de lo que se merece, lo cual añade una capa de complejidad a su carácter.
Ni el tío ni el sobrino es una obra que, aunque breve, ofrece una visión aguda de las costumbres sociales y las tensiones morales de su tiempo. Además de ser una comedia entretenida, sirve como un comentario social que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana y las contradicciones inherentes a la vida en sociedad. En ella, Espronceda muestra su habilidad para abordar temas complejos con una mezcla de humor, perspicacia y aguda observación social.