Tiempo de milagros es una antología de textos breves de contenido cristiano, que presentan un conjunto de valores y virtudes que favorecen el crecimiento en la fe católica, y cuyo trasfondo transmite la idea de que el ser humano solamente puede encontrar su felicidad cuando contacta con la presencia de Dios en los hechos de su vida cotidiana, contacto para el cual son necesarias las virtudes y valores de la Tradición cristiana que se muestran como moraleja en los diversos textos de esta antología. Establecida esa conexión con la trascendencia divina, la paz, la fuerza, el gozo y la luz que emanan de este contacto es lo que constituye la felicidad del hombre. A esta percepción luminosa de la felicidad que nos rodea -causada por la omnipresencia de Dios en todos y cada uno de los momentos de nuestra existencia, en todos y cada uno de los hechos de nuestra vida- es a lo que llamaremos milagro en estas páginas que siguen.Los pensamientos que recogemos en este libro cumplen esta función: profundizar nuestra conciencia para que, en la vida de cada día, podamos estar alertas y despiertos ante los innumerables momentos de plenitud (milagros) en que podemos conseguir una conexión transparente con Dios, momentos que generalmente nos pasan desapercibidos porque no estamos atentos para captar la trascendencia de esos momentos, para percibir las bendiciones y milagros en que nos desenvolvemos diariamente.La Madre Teresa de Calcuta solía practicar la técnica de una conexión rápida con Dios, repitiendo con frecuencia esta oración, a la vez se ponía ante la mirada divina: Señor, te amo. Confío en ti. Tengo fe en Ti. Tengo necesidad de Ti ahora mismo.La tradición cristiana afirma que la felicidad y la belleza es el verdadero ser de las cosas y los acontecimientos, aunque se revistan de una máscara de fealdad o sufrimiento, aunque lo que nos rodea en nuestra vida cotidiana sea las más de las veces banal e intrascendente en apariencia. La razón de esta continua presencia del milagro en nuestras vidas es bien sencilla: porque el Reino de los Cielos ya está en medio de nosotros: Habiéndole preguntado los fariseos a Jesús cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros. (Lucas 17, 20-21)¿Cómo entrar en este Reino de Dios que nos rodea, que nos abraza y envuelve todos y cada uno de los instantes de nuestra vida, aunque no seamos conscientes de su presencia? Por la gracia que nos santifica, que purifica nuestro corazón y abre nuestros ojos para ver la bienaventuranza de esa presencia del Reino, que no es otra que la presencia de Dios en lo más profundo de nuestro corazón. Y esta conciencia de que en Dios vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17: 28) es un don del Espíritu Santo, con cuyo hálito seremos capaces de ver esa lengua de fuego que alienta en todas las cosas y acontecimientos de nuestra vida, esa chispa divina que irradia la paz, la fuerza y el gozo de Dios presente en todos los instantes de nuestra vida.Los creyentes tenemos la enorme ventaja sobre otros credos de creer en un Dios que se hizo hombre, que encarnó en nuestro mundo, que caminó con nosotros, que vivió, sufrió y murió como nosotros, que compartió plenamente nuestra existencia y ―lo más importante― que sigue vivo entre nosotr.Índice: 1.- El alba: el día de Dios 2.- El tiempo: mundo, demonio y carne 3.- El camino: tiempo de milagros 4.- La sombra: el plan de Dios 5.- La bendición: la gracia de Dios 6.- La alegría: el don de una mente positiva 7.- El amor: el hacedor de milagros 8.- La solidaridad: las manos de Dios 9.- La virtud: los dones de Dios 10.- El Padre: el amor de Dios 11.- La vida: el arte de vivir 12.- La noche: el último día.- Epílogo: Adora y confía.- Índice temático