Cualquier caminante solitario, cuando estampa sus pasos, puede creer que camina íngrimo, sin embargo, no es así, pues siempre quiera o no, va acompañado por rasgos de las Esencias Cósmicas, materializadas en testigos del entorno recorrido. El mar, el río, un tornado, las nubes, un árbol, un gato, un ave, una estrella, la luna, un ángel, un insecto, lo visible y lo invisible, personas cercanas o lejanas, son parte del Todo Infinito y de alguna manera testigos diversos de los caminos que recorremos.
Unos y otras, crean huellas, multitud de voces y energías que resuenan en cada paso.
Algunos consideran esto, como un desvarío mental.
Podría ser cierto, quién sabe, pero si lo fuera... provoca un efecto inspirador y genera un diálogo interno desde el principio hasta la trascendencia.
Será por eso, que en muchos momentos, creemos hablar solos, nos reímos y hasta nos contrariamos con esos seres que nos habitan. La tal soledad entonces, no siempre es tal, porque en cualquier instante, algún Testigo Diverso, nos acompaña a un éxtasis de inspiración divina, a un sueño o a un pensamiento creativo.
Ellos y ellas, nos empujan a explorar nuestro mundo poético y sacan lo mejor de sus frutos personales para incidir en los nuestros.
Justamente en este libro, encontraremos la gozosa compañía de cincuenta Testigos Diversos, quiénes con sus genes cósmicos, incidieron a escribirlo.
Adelante entonces, a leer y soñar, estas líneas abiertas al vuelo.