Son poderosos, únicos, encantadores con frecuencia y hasta capaces de amar a los sufridos mortales, pero tan inaccesibles como los mitológicos dioses del Olimpo. Producto de la fértil imaginación de los escritores más audaces, los superhéroes se acercan en ocasiones a la figura de un ídolo de masas carismático, viviendo ambos en un mundo de ensueño en el cual quisiéramos entrar. Pero ¿qué es lo que diferencia un ídolo de masas de un superhéroe? Obviamente, la posibilidad de imitarles, pues mientras que el ídolo es un modelo o patrón en nuestras vidas, alguien que nos gustaría tocar y llegar a ser como él, el superhéroe sabemos que está por encima de esa posibilidad; sería algo así como un dios y ya sabemos que los dioses no conviven con los humanos, salvo excepciones.El cine ha sabido diferenciar perfectamente a ambos personajes y ha tratado con la misma intensidad a los dos, consciente de que hay un público para cada uno. Como ídolos nos han puesto a los actores y actrices, a los directores y a multitud de personajes biográficos o imaginarios que han ocupado las pantallas cinematográficas. Todos ellos han sido motivo para llenar nuestras habitaciones con sus fotos, para estar en nuestros recuerdos, constituyendo muchas veces una guía para encauzar nuestras vidas.Pero el superhéroe es algo muy distinto. Es alguien a quien sabemos que nunca podremos tocar, ni hablar con él y, he aquí lo más importante, ni siquiera imitar. No es un modelo para seguir y, además, tiene cualidades físicas que suelen estar por encima de la lógica o de la física. Lo curioso de estos dioses de la imaginación es que gustan por igual a niños que a mayores y para muchos jubilados constituyen el último lazo que les liga emocionalmente a otras épocas más felices. Al ser imperecederos, invulnerables, y no estar sometidos a las leyes naturales del envejecimiento, los superhéroes nos acompañan durante toda la vida conservando siempre el mismo aspecto. El tiempo no existe para ellos y esto hace que, en cierto modo, nos creamos que tampoco para nosotros.Este libro quiere rendir un homenaje de admiración a todos aquellos dibujantes y guionistas que han sido capaces de hacernos soñar con estos superhéroes. La mayoría de ellos fueron plasmados posteriormente en el cine, contribuyendo así entre todos a hacernos creer que la vida puede ser mucho más hermosa si admitimos que es sólo un sueño.