Una novela que es una mediación sobre la condición humana pone
de relieve el rostro aterrador de la sumisión a través de la ley, la
política, la religión y Dios, fuentes principales de la horca. El poder
humano o divino nace de la violencia y la sumisión, se desarrolla
mediante la adulación y adquiere santidad a través de la obediencia.
Este libro profundamente filosófico, finamente psicológico,
humanamente atractivo y universalmente social es un resumen
de la prisión, el conflicto, la alienación y la expectación humanas.
Cuenta la historia de Thoma Kunj, encarcelado durante once años
y acusado de violar y matar a una niña a la que nunca había visto.
Poco sabía que se había convertido en el chivo expiatorio del hijo
de un político. Razak era diferente; Thoma Kunj lo conoció en la
cárcel. Razak tenía trece años cuando huyó de su casa de Kerala a
Arabia y fue llevado al harén de Akeem, un cultivador de palmeras
datileras, para servir como esclavo femenino. Como castrado,
Razak sufrió los tormentos del infierno y regresó diecinueve años
después del palacio de Kerala. Razak, impotente, se casó y poco
después mató a su esposa y al amante de ésta. En otras palabras, él
también era inocente. Al pie de la horca, Thoma Kunj, un hombre
enmascarado, oyó el débil grito de Razak y el sufrimiento de la
humanidad.