Sensación extraña: dieciséis, veinte, treinta años en París, Barcelona o Miami, no garantizan la pertenencia a esas ciudades; aseguran, en cambio, la pérdida definitiva del espacio donde se nació y se creció, donde se conocieron las fronteras y la pequeña inmensidad de la vida. [...] Sólo es definitiva esa pérdida en términos que no son literarios. Todo cuanto se pierde, se gana de otro modo.
Este libro es una prueba de las nuevas ganancias. La siesta de los dioses no es exactamente el testimonio de un regreso, puesto que la palabra «regreso» implica vuelta atrás, «volver al lugar del que se partió». Y ya sabemos que eso no es posible. Armando Valdés-Zamora insiste en demostrar que eso no es posible. (
Sensación extraña: dieciséis, veinte, treinta años en París, Barcelona o Miami, no garantizan la pertenencia a esas ciudades; aseguran, en cambio, la pérdida definitiva del espacio donde se nació y se creció, donde se conocieron las fronteras y la pequeña inmensidad de la vida. [...] Sólo es definitiva esa pérdida en términos que no son literarios. Todo cuanto se pierde, se gana de otro modo.
Este libro es una prueba de las nuevas ganancias. La siesta de los dioses no es exactamente el testimonio de un regreso, puesto que la palabra «regreso» implica vuelta atrás, «volver al lugar del que se partió». Y ya sabemos que eso no es posible. Armando Valdés-Zamora insiste en demostrar que eso no es posible. (Abilio Estévez)
Armando Valdés Zamora (La Habana, 1964) ha publicado la novela Las vacaciones de Hegel (2000) y los volúmenes de poesía Libertad del silencio (1996) e Imaginarias de un velero sugerido (2010). Doctorado en La Sorbonne y profesor titular de la Université Paris-Est Créteil, es también autor de numerosos artículos y ensayos sobre la literatura y la cultura cubanas. Reside en París.