Excerpt from Romancero General: Selecto Con una Advertencia Preliminar

Bien; basta ofrec�rselos expurgados y limpios de todas aque llas cuestiones que, siendo interesantes en realidad, importan s�lo al menor n�mero. De igual modo desear� saborear, no aquellos cuyo valor es inapreciable en todos conceptos me nos en el literario, sino los que reunen superiores bellezas dentro del tipo general y genuino del romance castellano. Partiendo de este supuesto tambi�n, incluimos aqui los m�s selectos, � nuestro juicio. En esta elecci�n estar�n todos los errores que hayamos podido cometer. No es f�cil entresacar de algunos miles los que fundada � infaliblemente puedan lla marse mejores. Los gustos ser�n tantos como las personas que lean y as� sabemos de antemano que nadie dar� en abso luto por buena la colecci�n. Qui�n echar� de menos el ro mance que aprendi� de coro siendo ni�o y declara precioso de entonces; qui�n los que cabalmente por harto vulgariza dos y comunes se retiraron; estos, algunos primitivos; otros, algunas imitaciones m�s art�sticas. A todos les sobrar� la ra z�n; pero dig�mosles, ya que no en descargo nuestro, para prevenir toda clase de objeciones, 'que mientras cada lector juzgar� desde un solo punto de vista, nosotros hemos debido pasar inquietos de uno � otro, atendiendo unas veces � la no vedad, otras � la variedad, otras al inter�s dram�tico de la narraci�n, otras a lo pintoresco y deslumbrante de las des cripciones. Con esto y con adoptar la clasificaci�n m�s obvia y menos presuntuosa, establecida por D. Agust�n Dur�n, el eminente literato � quien se debe la colecci�n m�s completa y el mayor caudal de doctrina acerca de nuestro Romancero, creemos haber realizado nuestro pr�p�sito: ofrecer una serie de poes�as para diversi�n del lector, no acopio de documen tos para el estudio.

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