El mundo en el que convivimos, lleno de maravillas tecnológicas y artilugios increíbles, donde la información es abundante, dónde nos enteramos del último suceso en China o Nueva York, pero no sabemos reconocer nuestras emociones, ni conocemos el apellido del vecino que nos cruzamos cada día al salir a trabajar. Todo está hecho para entretener y consumir, pese a ello nos aburrimos fácilmente y seguimos corriendo la arruga de ese vacío existencial que algunos días es un susurro y otros un grito desesperado del alma, que se manifiesta cuando el estrés se desborda y la distracción nos satura al punto de que no sabemos ni quienes somos.Los grandes maestros de todos los tiempos como Jesús de Nazaret, Crishna, Buda, Mahoma emplearon con prodigio y oportunidad el recurso narrativo de la metáfora y las parábolas para sus enseñanzas. Nada como un cuento para conectarnos con nuestra imaginación, llevándonos por parajes de la memoria, que se cruzan con recuerdos o simples invenciones, a la final para hacernos comprender un mensaje. En Reflexiones para el Bien Estar, se narran parábolas breves sobre los temas más sentidos del ser humano: el ser, el conocimiento, el amor, el pensamiento y el espíritu.Alejado de la polémica filosófica y sin pretensiones religiosas, se trata simplemente de volver a lo humano, de comprender que somos seres en una constante búsqueda por comprender nuestra naturaleza, que es rica, diversa y profunda. Cada historia encierra una enseñanza, desde la visión del autor. No obstante, la narración da cabida a múltiples visiones, es tan sencillo que bien pueden ser historias para un niño, lecciones para un adolescente o conmover a un adulto. En su aparente sencillez, deja siempre abierta la invitación a reflexionar sobre el destino de nuestras vidas.En cierto sentido, se delata la vocación docente del autor, tras largos años en el ejercicio de la docencia universitaria, hoy es un ferviente convencido de que los cuentos entretienen y enseñan, como ningún otro recurso. En un mundo donde la inmediatez, el predominio de la imagen para sintetizar e, incluso, desvalorizar la palabra escrita, las parábolas se han planteado de manera breve, muy breve, sin restar contenido, ni profundidad. Se trata de pensar y responder a una simple pregunta ¿Qué sentido tiene para mí?Asi, transcurren treinta parábolas, contadas desde el encuentro de un maestro y un discípulo, abordando aspectos cotidianos, comunes a todos los seres humanos sin considerar credos, razas, culturas, géneros, ni edades. Cuentos con matiz universal y vocación individual, para llegar a la pura esencia humana: comprender que es la vida entera una escuela para aprender a amar, desde el amor propio hasta la compasión y entrega al servicio del prójimo.