A la hora de escribir este libro, tenía mis dudas. Solo soy un niño... ¿hace falta que diga más?
Tenía (y sigo teniendo) dos objetivos que quería cumplir cuando escribí este libro.
En primer lugar, este libro está escrito por un motivo egoísta. Solamente soy un adolescente, o niño, para los más adultos. Mis neuronas son bastante flexibles. Soy demasiado influenciable, mis creencias aún no están solidificadas lo suficiente.
Por eso los niños no suelen cambiar el mundo a mejor. Los adultos son muy rígidos mentalmente, cuesta hacerlos cambiar de opinión, y los niños tienen que aguantarlos.
Los adolescentes son los mismos niños que eran antes, con la única diferencia de que están pasando por un proceso que fija por fin sus creencias y valores. Todo ello, por la influencia de los adultos. O lo que es lo mismo, niños con experiencia.
Esa es la razón de ser de este libro. He intentado expresar las ideas, reflexiones y pensamientos de alguien perfectamente influenciable. Me he rodeado únicamente de conocimientos potenciadores, conocimientos que dieron lugar a pensamientos, los que me permitieron hacer de este libro, lo que es ahora.
Mi idea fue la de dar casi la mitad de lo mejor de mí (ya que no voy a enseñar todo lo que sé) en crear ideas que están representadas entre estos papeles, con el objetivo de que cuando los lea, me devuelvan la fuerza. Y eso, creo que es egoísta.
En segundo lugar, quiero llegar al lector para convertir mi motivo tacaño, en un movimiento altruista. Si una persona es capaz de desarrollar la capacidad de pensar, un poco mejor por sí misma, me habré dado por satisfecho.