A tu recuerdo. En mis ratos de ocio que son las 24 horas del día, te escribo vida mía Raíces de papel La lluvia cae sobre la cabeza de mi casa. La veo derramarse en la casa de enfrente..., se anida. Duerme, húmeda y fría, o tal vez se evapora. Rendidamente eterna. Ante mis ojos resbala por el lado de afuera de mi ventana. Podría mojarme si salgo o abro la ventana y estiro el brazo. Mi brazo de sal. Mi alma de sal. Mi alma de azúcar. ¡Tengo miedo! Si me destruye. Si me deshago. ¿Quién después podría reconocerme? Tengo una camisa de fuerza. En los labios siento hormigas que entran a morder mi lengua sin saliva y algunas, se atreven a buscar dentro de mi estómago vacío un pedazo de conciencia. Siento el cosquilleo agridulce dentro. Aún llueve. Me deterioro. Tortura interna... Tras la ventana sigue lloviendo. Las gotas caen, "tendencias y costumbres." No las puedo detener. Se preñarían mis dedos de odio para deshacerlas. Abrirían en mi alma una codicia suicida al pretender ganarme un Cielo mintiendo, engañando, dando como verdad lo que desconozco. Hablando de religiones, poniendo santos. Haciendo altares para adormecer a la bestia y obligarla a que se ponga de rodillas. Bendiciendo lo bendito y muriendo por la espera del misterio del milagro. Tiemblo al pensar que si salgo la lluvia quemará mis costillas, mi mente se irá al precipicio de la tolerancia, la necedad y el fanatismo. No seré yo. Seré parte de ella y con sus gotas me borrará. No seré completo. Nadie podrá encontrarme. No seré palabra... Mejor la veo caer tras la ventana. Que no sepa que existo. Sin que me mire; me escondo... De nuevo el miedo de extender mi brazo y en él, mi palabra. Se perdería en prematuros. Quedaría mudo y con menos saliva que antes. Desaparecería por ser de sal. Es más; nunca tuve saliva. Todo mi cuerpo es de sal. Mis huesos de sal. Mi mente de sal. Todo es de sal... Sólo mi alma es de azúcar. Cambia la lluvia. Arrecia la tormenta. Gotas no penetran. Mi ventana está cerrada. ¡GRANIZOS!... ¡Trae granizos! ¡Azules y verdosos! Parecen paletas de miseria. Leyendas con su historia ávida de opio. Masacres de épocas pasadas y actuales desventuras. ¡MISERIAS HUMANAS!... Parece ser sangre de niños derramada y parida por el Cielo. ¡Sí! ¡Es sangre! ¡Tengo que salir y buscar el por qué llueve sangre! ¡Me erizo! ¡no puedo! ¡tengo miedo! soy de sal..., sólo mi alma es de AZÚCAR... ¡Estoy llorando! ¡No lo entiendo! ¡Es tempestad! El viento dobla la lluvia. ¡La lluvia mancha de rojo mi ventana! ¡Misericordia! ¡Por piedad!... ¡Me ahogo en llanto! ¡Quién puede apiadarse!... ¡NO EXISTE NADIE! ¡Dónde está el MILAGRO! ¡El MISTERIO!... ¡Tiemblo! Todo es rojo afuera. Las calles están manchadas de sangre. ¡Es sangre de niños! ¡Sangre de quien un día fuera mi hermano! Hay nubes en conflicto. Masacres en el Cielo. ¡Dolor! Voy a extender mi brazo. ¡QUIERO DEL UNIVERSO UNA ESTRELLA! ¡No puedo!, mi brazo es de sal, mi cuerpo de sal, sólo mi alma es de azúcar. Un día..., terminará la LLUVIA y podré salir. Han pasado siglos. La lluvia aún sigue. Mi ventana continúa manchándose de rojo..., las calles también. ¡Mis ojos! ¡Casi no puedo ver! ¡Todo se ha teñido de sangre! Quisiera ver la casa de enfrente. ¿Estará vacía? O habrá alguien como yo todo de sal con alma de azúcar. ¿Habrá sacado su brazo y lo hubo perdido?... Todo es tonto. No debo tener miedo. Tiene que pasar. Se necesita un cambio... La lluvia se ha calmado. Siento el impulso de abrir la ventana y limpiarla con mis lágrimas. ¿Pero si pierdo los dedos? ¿Las manos en el intento? Me quedaría sin ellas y todo el mundo sabría que soy de sal, que sólo mi alma es de azúcar. De nuevo la tormenta..., el pánico... ¡No quiero ser de sal! Quiero saber del por qué ese conflicto en el Cielo. ¡Masacres innecesarias en mi espacio! Debo pensar que no soy de sal...