Mi amor, el tuyo, el de un padre despidiéndose con sus actos porque sabe que sólo le quedan unos meses de vida, el de una madre rezando para que no sea la última vez que te ve cuando sales de casa, el de una hermana o hermano que, aunque te deje de hablar siempre será alguien conocido.
Tu amor, el mío, por la música, esa que suena cuando más la necesito o esa que hago cuando quiero decir algo sin trabarme con ninguna letra. Lo pienso, lo escribo y lo canto, y cuando le doy al play sé que siempre sonará con la seguridad o miedo que quería que tuviese cada frase del mensaje.
Mi amor, el tuyo, el de la gente hacia el planeta imaginando un 2030 con los ODS cumplidos, y en ello estoy, marcándome pequeños objetivos que mejoren el desarrollo de mi camino para que sea sostenible. Con la idea de apostar por mi partida, no por un partido, menos salas de apuestas, más conciertos en vivo.
Tu amor, el mío, por la poesía, por las palabras, por estos 52 poemas. Por este libro que acabará en la mochila que llevas al trabajo o a la uni, que leerás en el tren, en el bus, o en un avión escapando de las barreras que te marcan desde que naces.
Si no vuelas, nadie va a volar por ti, si no quieres nadie va a querer por ti, que mi pulso acompasado sea tu amor a raudales, tu valor sin mitades, que mi pulso acompasado sea el tempo que marca la naturaleza para destruir y crear vida.
Antonio León