Alicia Sierra, la bomba de relojería.
La nueva profesora en la universidad.
Más joven que muchos alumnos.
Más sexy que nadie. Y más única.
Tatuada hasta el cuello. Labios rojos.
Gafas de secretaria. Rastas.
Una auténtica fantasía para todos.
Descarada, inteligente, mandona...
No tardó en ganarse a toda la clase.
A todos los chicos pensando en ella...
... y todas las chicas celosas.
Pero ella ignoraba todo eso. Todo...
... salvo a Álex. El macarra de la clase.
Tatuado, cazadora de cuero, informal.
El mejor tío que pudieras encontrarte.
Pero reservado, duro e implacable.
Se había acostado con demasiadas.
No eran ningún secreto.
Pero a nadie parecía importarle.
Alex era Alex. Y servía para eso.
Alex era aventurera, pasión... y olvido.
O quizás, sólo esperaba a su chica.
A su sumisa. A su esclava.
Su compañera... pero, ¿ella?
¿Porqué tenía que ser ella?
Era su profesora. Sí, tenía 25.
Y él, a sus 27 años, era más mayor.
Pero aún así. Podían expulsarle...
... pero... no importaba en absoluto.
¿Por mujeres como Alicia?
Por ellas, uno moría si hacía falta.
Y en el caso de Alex, iba a jugárselo todo.
Pero si ella llegaba a entender a Alex...
... iba a ser suya para siempre.
Tatuada, alternativa, gótica... y con collar.