Tomamos aquí el arjé cοmo principio, el cual sería "aquello de lo cual derivan todas las demás cosas". "Principio" sería, pues básicamente, el "principio de realidad".
Los griegos también lo emplearon con el significado de fundamento. El término cosmos (κοσμὸς) en griego significa orden, por lo tanto cuando se habla de cosmogonía, se habla de cómo se generó un orden. Este orden no solo es natural. En las religiones politeístas de la antigüedad implicaba llegar a un determinado orden divino, por ello surge el término teogonía. De lo divino se pasa al orden de los elementos naturales que muestran el escenario del mundo, y por último se llega al orden humano, con un orden social, que está de la mano junto al orden divino. Los tres órdenes van juntos, de allí que cambiar abruptamente una cosmogonía, implica cambiar todo el orden existente.
Hoy el orden se ha invertido. Los científicos buscan inducir el orden natural para ver el orden del hombre, y por último, si es que hay algún lugar, el papel que juega Dios en todo esto, si es que no está muerto.
Tal como lo explicamos, el primer acto de toda cosmogonía, es el acto inicial, titulado arjé, el cual puede narrarse míticamente, filosóficamente o insertando ambas concepciones. Existe una tercera forma, que consiste en la Revelación, tal como la emplea el libro del Génesis y como la empleó Parménides, cerrando con el magistral preámbulo del Evangelio de San Juan.
El hombre siempre se preguntó sobre el arjé. Pues el Inicio es un Principio, desde el cual se muestra una relación, entre lo divino y lo humano quien se halla dentro de su propio escenario, el cosmos que lo rodea.