La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias mientras circula por el cuerpo. Se mide en dos valores: la presión arterial sistólica (el número superior) y la presión arterial diastólica (el número inferior). La presión arterial se expresa en milímetros de mercurio (mmHg).
La presión arterial se considera normal cuando la lectura es aproximadamente 120/80 mmHg. Sin embargo, los valores óptimos pueden variar según la edad, el sexo y las condiciones médicas de cada persona.
La hipertensión arterial se produce cuando la presión arterial es constantemente alta, generalmente con lecturas superiores a 130/80 mmHg. Es una afección crónica que puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
La hipotensión arterial, por otro lado, ocurre cuando la presión arterial es persistentemente baja, generalmente con lecturas inferiores a 90/60 mmHg. Puede causar síntomas como mareos, desmayos y debilidad, y puede ser causada por deshidratación, medicamentos, problemas endocrinos u otros factores.
Mantener una presión arterial saludable es importante para la salud en general. Esto se puede lograr a través de hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada baja en sodio, ejercicio regular, evitar el consumo excesivo de alcohol y no fumar. En algunos casos, puede ser necesario el uso de medicamentos recetados para controlar la presión arterial alta.
Es importante realizar controles regulares de la presión arterial para detectar cualquier problema a tiempo y tomar las medidas necesarias para mantenerla en un rango saludable. Siempre es recomendable consultar a un médico para obtener una evaluación y asesoramiento personalizado sobre la presión arterial.