Muchas personas cambian de profesión o actividad durante su vida; algunas lo hacen más de una vez. Los avances de la tecnología o las situaciones de fuerza mayor transforman vidas; obligan a estar actualizados para mantenernos vigentes y ser competitivos. Negocios, productos, profesiones y servicios se vuelven obsoletos; ¿qué hacer en estos casos? En la vida enfrentamos muchas encrucijadas. En estas, usualmente se nos presentan al menos dos caminos: el ya conocido, que venimos transitando y, por otro lado, un sendero incierto. En cualquier caso, hay que elegir uno de los dos. En todo cambio se toman riesgos y la incertidumbre causa temor: es más cómodo seguir en el statu quo. En estas páginas narro las disyuntivas a las que me enfrenté y en las que resolví tomar uno de los caminos. Afronté circunstancias que, en ocasiones, fueron adversas. Me di espacio para pensar y meditar antes de concluir. Tomé decisiones para cambiar hacia una ruta desconocida, con la esperanza de conseguir algo mejor para mi futuro. Asumí riesgos y tuve algunos desatinos, pero también disfruté de muchos aciertos.Hemos construido nuestro presente con cada decisión tomada: una carrera, una pareja, un trabajo, un lugar donde vivir. Como seres humanos nos equivocamos porque no somos perfectos. Sin embargo, las circunstancias de la vida nos dan lecciones, aunque a veces no somos conscientes de estas sino después de algún tiempo. Aprender de nuestras propias vivencias no es sencillo; se requiere madurez para tomar conciencia mediante el autoexamen. A veces creemos tener razón en la sinrazón y seguimos adelante hasta que tropezamos. Las personas conscientes, que pueden observar y analizar resultados para aprender de sus errores, son valiosas para su familia, la sociedad y las organizaciones. Cuando pasamos momentos difíciles, alguna actitud, palabra o frase, a la que adjudiquemos sentido, puede transformar nuestra manera de ver las cosas e impulsarnos a seguir adelante y vencer obstáculos. También hay líderes que nos inspiran con sus acciones; algún día quisiéramos ser como ellos porque nos infunden respeto y admiración. Emular a estas personas motiva nuestro esfuerzo en el logro de nuestros objetivos, por difíciles que parezcan en un principio. Al final de cada capítulo hay una reflexión sobre las lecciones de vida que aprendí en cada etapa de mi carrera profesional, destacando algunos aspectos que influyeron en mí para lograr lo que ahora soy. Tal vez pueda servir de orientación o referencia a quién lo lea; me sentiré muy complacido si así lo fuera.