About the Book
Los personajes que aparecen en la narración son ficticios, las historias no tanto. La acción de esta novela acontece en la República Mesoamericana, capital: San Pedro. Elegí esta ciudad por la sencilla razón que, de poner otra, quizá se podría pensar que lo que se relata únicamente sucede ahí. Craso error, ya que estas historias acontecen en todas partes, en países desarrollados y en vías de desarrollo, los que se llaman de primer mundo, y los demás, los que niegan pertenecer a otro mundo. Para ejemplo, está la declaración de LaToya Jackson, hermana de Michael Jackson, el 7 de Julio de 2011, al programa televisivo "The Talk", emitido por CBS. Latoya cuenta que su esposo, Jack Gordon, la prostituía, y la hizo participar en una sesión de sexo en grupo. Además, se la ofreció al famoso exboxeador Mike Tyson, pidiendo 100,000 dólares por una noche con ella. El trato no se llevó a cabo, pero la artista se enteró de lo ocurrido por boca del mismo púgil. Declaró ella: "Estuve en burdeles y todo contra lo que yo estaba. Me hizo aparecer en Playboy dos veces y decir, 'OH no, fue todo idea mía'. Al final se presentan casos de gentes no famosas. No por eso son menos dramáticas. El lector reconocerá caracteres y circunstancias, si bien toda la novela es ficción. Pero está basada en la vida real, por lo que pretende parecerse a ésta lo más posible. La corrupción de la policía de emigración es algo muy común, con mayor descaro en los países en donde las autoridades son proclives al soborno. Que algunos políticos sean amigos de delincuentes de jerarquía no es cosa que asombre a nadie, sólo que hay lugares, como pudiera ser San Pedro, en donde ni siquiera pretender esconder la relación. ¿De qué nos suena eso? La falta de documentos de la gente; la abulia de los gobiernos, que no se ocupan ni preocupan de sus ciudadanos, quizá porque son muchos; la inoperancia de la justicia, sumada a la corrupción; hace que muchas personas, en su mayoría mujeres, se hallen ancladas entre dos mundos: el que no le reconoce como propio, y el que está seguro de que es ajeno. Éste es el huerto en el que cosecha la delincuencia, los que manejan personas como si fuesen cosas, con toda libertad de movimientos en un mundo de impunidad. La trata de blancas se da en todas partes, y no hay gobierno, democrático o no, que la haya podido erradicar. Para comenzar, habría que preguntarse si han querido. Moraleja: Si en esta vida siempre ganasen los buenos, como en las películas, no habría malos. -Vamos a la oficina - ordenó el otro. Caminaron corto trecho, para llegar a la oficina. Se trataba de una caravana, que no tenía vehículo de tracción, colocada sobre unas piedras. Adosado a tal oficina, había un bar. Era un tendajo de palma, sobre unos maderos verticales, con unas mesas y sillas bajo él. Había una plancha larga, sobre unas cajas, que servía de mostrador, y una gran hielera, ya que no congelador, en donde unas cervezas estaban hundidas en agua en la que flotaban trozos de hielo. Tras el mostrador, en una hamaca, un hombre, con barba de días, dormitaba bajo un sombrero de palma. En una de las mesas había dos hombres más. Uno también llevaba uniforme verde, y el otro vestía una guayabera azulada y un pantalón blanco. Éste tenía un pañuelo al cuello, para que el sudor no le cayese al pecho. El uniformado era obeso, y a los dos policías se les auguraba idéntico futuro. El de la guayabera tenía el estómago algo abultado, pero todavía no estaba redondo. Mientras se acercaban a "la oficina", uno de los dos de emigración les dijo a las mujeres, con voz muy oficial: -Es un delito grave ingresar al país como ilegal. -Perdimos nuestros pasaportes. Más bien nos los robaron. -Hubiesen arreglado el problema en su país, y no traerlo al nuestro. -Es que creemos la propaganda de la televisión, el rollo ese de países hermanos. Pero ya veo que ni primos segundos. -La ley es la ley - dijo el policía, con