Verónica, una joven universitaria que cursa la carrera de Medicina, cuenta cómo vive la depresión, las experiencias que la han llevado a recaer en cuadros depresivos una y otra vez, y cómo su entorno más cercano, del que en ocasiones parece imposible poder arrancar, ha perjudicado en demasía su salud mental. Cargada de una gran crítica social, que no deja ajena a la sociedad expectante de su fuero interno, y que ha pasado por ella como un torbellino, dejando una serie de trabas que le dificultan alcanzar la paz que tanto anhela, Verónica, expone la violencia individual y colectiva que ha sufrido en carne propia y que ha visto sufrir a otros, a lo largo de sus casi 30 años.
Los problemas familiares, el abandono, el maltrato, el abuso, la ansiedad, el machismo, el bullying, la soledad y la autoestima son algunos de los tópicos que comprende este libro, que gracias al lenguaje coloquial otorga más cercanía y cierta liviandad a la narrativa densa del contenido, con el que Verónica busca dar inicio a la redención de sus penas y acompañar a otros que estén pasando por una situación similar, para que puedan encontrar la comprensión necesaria para ser apoyados de la manera más idónea.
La depresión consume a todos de manera más o menos parecida, convirtiendo los colores en grises opacos, el movimiento en lentitud, y la agilidad mental en estupidez y apatía.
La salud mental no es un asunto personal que competa únicamente al individuo, por el contrario, es una cuestión social de la que todos somos parte, directa o indirectamente, en mayor o menor medida, independiente de querer formar parte o no.