Debajo de nuestro mundo existe otro. Está a un paso, a uno solo, pero es muy difícil de dar: hay que creerlo de veras. Tienes que hacerlo, además de con el pie, con la cabeza.
Sinopsis:
Alicia tiene doce años, pero se comporta como si tuviera nueve. Las grandes aventuras empiezan con un pequeño paso; en su caso con un tropezón. El primer día de clase se cae de este mundo para entrar a otro: un lugar a mitad de camino entre el cielo y el infierno; justo, justo, en el límite. Al otro lado de la verja del parque de El Retiro de Madrid se abre un universo repleto de seres sobrenaturales, de monstruos, de hadas, de asustachicos, de dragones y fantasmas. Pero donde no hay unicornios: ni uno. Así que tendrá que buscarlo.
Los lectores opinan:
Patas... es una novela infantil para mayores de treinta años.
Raro. Raro, raro, raro. Es un libro muy raro. Y eso que el tema no puede estar más sobado. ¿Un instituto de monstruos? Por favor... Pues no: de sobado nada. Es un locurón de libro. Tiene un puntito Ghibli, un pelín de La historia interminable, un regusto al Jim Henson de Laberinto y El cuentacuentos, mucho (obviamente) de la Alicia de Carroll, todo lo agridulce del Peter Pan de Barrie, el humor absurdo de un Pratchett o, quizás, el de La mazmorra de Sfar y Trondheim. Es un Donde habitan los monstruos de Sendak, de otra manera. Si tuviera que compararlo con algo, lo haría con Hora de aventuras. Pero es que no se parece en nada. A nada. Es una tesis doctoral sobre los seres sobrenaturales del folclore indoeuropeo disfrazada: con un tutú y alitas de mariposa; escrita en una prosa festiva y fantástica.
Patas arriba es un libro feliz, limpio, alegre, lleno de purpurina. O... eso parece.
Ahora, cuando voy paseando por el parque [El Retiro de Madrid], no me puedo quitar Patas arriba de la cabeza. Voy pensando: "Mira, ese es el puente del troll. Y ahí está la basílica de los vampiros. ¡La zona de perros sueltos es donde viven los licántropos! Y esos son los cipreses del pantano: tienen muy mal carácter".
¿Fantasía oscura? No sé yo... Fantasía multicolor.
La presentación adecuada para este libro sería en la Facultad de Teoría de la Literatura Comparada. Con un montón de catedráticos ceñudos opinando cosas profundas antes de lanzarse por un tobogán y aterrizar en una piscina de bolas.
Es oscuro, siniestro, da grimita. Y a la vez, es divertidísimo. Es descacharrante: de explotarte la cabeza. Pero su humor no es blanco. Ni negro. Es de todos los colores del arcoíris.
¿Quién dijo que la literatura infantil era solo para niños? Patas arriba está pensada específicamente para adultos: para aquellos que recuerdan los libros de su infancia y consideran que los actuales no son tan gamberros, o tan siniestros, o tan auténticos como lo eran aquellos (o como creen, desde la nostalgia, que lo eran). Este libro lo puede leer un niño (no tiene nada inconveniente) pero seguramente no le guste demasiado.
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