About the Book
Hace más de veinte años, la aristocracia fue mancillada en el seno de los Fuentes Martínez, fue deshonrada por la impudicia y el racismo, cuando Victorino, un vendedor de helados y con buena mano para retratar a los ciudadanos conociera a la hija única de un viudo, disoluto y apostador, quien entre los juegos de azares sorteó el destino de su hija, al haberlo perdido todo, inclusive deber la vida propia, quien le ganó fue; José Simeón Arias, un hombre fuerte y de firme carácter, no solía perder, toda deuda la cobraba hasta con la propia vida del deudor, su gallardía eran tan sublime como su malcorazón, que le propuso al perdedor, una partida en la que apostaban a la señorita Esmeralda Fuentes Martínez, el padre de entredicha se negaba; pero una pistola a sus sentidos lo puso en que pensar, pues, Simeón le dijo que de todas formas, vivo o muerto él, la señorita seria su mujer, pues al estar con vida, tendría que entregarse como prenda en garantía saldando deudas, y muerto él, la señorita se quedaría sola, triste, en la ruina, no tendría más opciones que él, terminaría por desposarla y aun así ganaría, decidido a no perder a su hija, se encomendó a toda la corte celestial; pero el diablo le jugó chueco, pues en las apuestas a su hija perdió, y en menos de siete días la obligaría a unirse en nupcias con un barbaján, ella al saberlo, se confesó enamorada del amor, dijo haber entregado al afecto su doncellez, producto de ello en su vientre crecía un fruto de esa pasión, enfadado su padre, la enclaustró hasta el día de la boda, y junto con el prometido se deshicieron del hombre que la deshonró, intervalos después de las nupcias nacieron las gemelas; Maklin Lizbeth y Ana Elizabeth, las cuales su padre en contubernio con su desposado, las arrancaron de sus brazos, se llevaron una cada uno, las abandonaron en un mismo rio, pero puestas sobre una batea sus vidas tomaron diferentes puntos, como si el destino las quisiera lejos de ellos, una fue arrastrada por el rio hacia un punto opuesto de la otra, y desde entonces han pasada veinte años, esa misma noche que las niñas fueron separadas, su abuelo y el padrastro fueron asesinados por delincuentes que solo osaron robarles sus prendas y billeteras, el padre de Esmeralda sobrevivió unas horas, el marido murió con prontitud, esa madre buscaba respuestas de labios de su pare, quien lo último que profirió fue los nombres de sus nietas, murió condenando a la desventura a su hija, y engendrando un dolor a sus nietas. Esmeralda para buscar a sus hijas hizo uso de la fortuna que la compró, de la viuda solo se sabía que había comprado unas muñecas idénticas las cuales llamó Maklin y Ana, desde esa época espera por sus hijas, los detectives privados no le han dado resultados, por más dinero que les pague. Si deseas conocer más de esta historia, debes leer; La Novia de Negro.