About the Book
Presentación¿Es posible pensar más allá del capitalismo y del socialismo, de derecha e izquierda? Hasta el 2008 parecía imposible, era una blasfemia que alguien se atreviera a enunciar algo diferente a los paradigmas eurocéntricos de derecha e izquierda, en seguida caía el pensamiento hegemónico y le acusaba de todo. Era una herejía, el solo imaginar algo diferente a lo diseñado por el racionalismo homogenista y supramacista. Cuando se aprobó el sumak kawsay (buen vivir) en Ecuador y suma qamaña (vivir bien) en Bolivia, los sacrosantos de derecha lanzaron sus dardos de que se quería regresar a la época precolombina, lo que significaba un retroceso, un desperdicio a todo lo que se había producido en estos 500 años de civilización europea. Las izquierdas no se quedaron atrás, se enojaron más, era una afrenta a la izquierda y al pensamiento más avanzado de la humanidad, el elucubrar algo que no corresponda al socialismo/comunismo. Una zoquetería de parte de corrientes esencialistas, esotéricas, místicas, pachamamistas..., y todo un florido vocabulario para minimizar y despreciar a estas nuevas/antiguas propuestas. Los ortodoxos marxistas fueron los más virulentos, que preguntaban cuáles eran los fundamentos, categorías, principios. No se dieron el tiempo de investigar peor estudiar lo que ya había, y a los que osaron hablar de "filosofía indígena" los descomulgaron de la ciencia. Simplemente lo indígena ya casi no existía actualmente, y si existió un pensamiento indígena alguna vez, solo fue pensamiento mágico, es decir, algo elemental y no elaborado como el pensamiento materialista y la dialéctica científica. Acusaron de noveleros, aventureros, de ideas pequeño burguesas, y toda una serie de verdades absolutas, de juicios y sentencias, por quienes constituyen el pensamiento revolucionario, único en todo el planeta y de toda la historia humana. Más todavía las ínfulas subieron, con el descalabro y el fracaso de los gobiernos proponentes de Rafael Correa y Evo Morales-Linera. Muchos se frotaron las manos, de que no haya cuajado este proyecto y así se confirmen sus premoniciones y augurios. Efectivamente, en Ecuador y Bolivia, actualmente resulta una afrenta hablar de estos paradigmas. Sin embargo, hay quienes adentro, pero principalmente afuera de estos países, no se dejaron confundir ni engañar entre lo que representaba la propuesta desde los pueblos indígenas y lo que fue el experimento progresista, que en vez de empujar este proyecto como se aspiraba, solo utilizaron el nombre como parafernalia para embrujar a sus súbditos de que eran una "moderna izquierda".Lo importante es que no decayó la expectativa, especialmente en el resto del mundo, habiendo gente hasta en Corea del Sur que comenzaron a estudiar y a escribir sobre el Buen Vivir. Y no se diga en Europa, en que muchos intelectuales se han dedicado a investigar más en detalle, incluso al interior de las universidades. Y así en toda Latinoamérica, que miran una salida diferente a las defraudas corrientes socialistas-comunistas, y las de derecha.A partir de esto, en Europa también se ha despertado el paradigma de los Bienes Comunes, que va mucho más allá del decrecimiento o la ecología profunda. Y así, se van activando y reactivando nuevas/antiguas expresiones en todo el mundo. A la final, todas éstas, confluyen o tienen su soporte en lo comunal, comunitario, cooperativo, colectivo, asociativo, mutual. Rebasando el privatismo individualista (capitalismo) y al estatismo totalitario (comunismo), que, si bien siguen reinando todavía, sus días parecen contados.Ésta es una crítica a la izquierda, a la izquierda colonial, colonizada, positivista, institucional, que comparte las mismas ontologías y epístemes con la derecha, y que solo se diferencia de ésta a nivel clasista. Es también una crítica a la izquierda decolonial, anti-colonial, y otras en esa misma onda, pues sus cuestionamientos parten desde los mismos pres