Una muerte sin importancia es una novela negra ambientada en América más precisamente en Uruguay, Brasil y Chile, en los años 90 con posterioridad de las dictaduras latinoamericanas. Si bien en Sudamérica las sociedades tienen muchos puntos en común, la sociedad uruguaya siempre ha tenido la característica de parecer una isla única en este continente .La fiebre por el dinero, el oro, la trata de personas, las muertes sin sentido, en general se lo mira como un problema de los países vecinos, tanto sea Brasil como Argentina, Chile o Paraguay, parece que en Uruguay esos problemas no existieran.
Por este motivo, siempre se ha tenido la actitud casi pueblerina de inocencia permanente, de que acá no sucede nada de eso. Obviamente esto es una mentira, hay gente sumamente ambiciosa capaz de lo que sea por dinero y por poder .
Por esta razón cuando se comienza a investigar la muerte de una maestra en las calles del centro de Montevideo en un día lluvioso, nadie imaginaba lo que se ocultaba detrás de la verdadera razón de este homicidio.
Las dictaduras no solamente quitaron la libertad y vidas, sino que también sentaron las bases para los delitos más atroces que el ser humano puede hacer. Organizaron mafias interconectadas por casi todo el continente, siempre que las mismas les dejarán dinero.
Desde Europa siempre se ha mirado las sociedades de América con cierto desdén, solo les ha interesado arrebatarles sus riquezas.
Pero ahora entre las riquezas que América les puede proveer ya no solo interesa los bienes materiales, sino también algo más que le pueden quitar a las personas que viven en estos países.
Pero por debajo de estas sociedades, se mueve un mundo, de muerte, de trata de personas, de tráfico de órganos, de bebés negociados al mejor postor siempre que el dinero lo pueda comprar. El lector será llevado en un viaje, por lo profundo de este mundo que vive y convive con las personas, todos los días en estos países, siendo el punto de partida una investigación que se realiza, en la Suiza de América, en el país más tranquilo donde estas cosas no suceden, solo le pasa a los demás.
El autor elige la figura de una maestra para comenzar este viaje porque no importa el país de Sudamérica en que se viva, siempre son vistas y sentidas como la única esperanza para progresar, porque ellas forman a nuestros niños, los futuros hombres y mujeres. Nunca son valoradas en dinero, pero sí les damos la responsabilidad de ser la generadoras de una esperanza de mejor mañana.
La novela muestra lo más noble y lo peor de la sociedad tal cual este autor lo descubrió en primera persona en aquellos años siendo aún muy joven.