Los tiempos de tribulacion no son nuevos. Mas bien, parecen acompanar al hombre desde siempre: los gobernantes y los imperios cayeron como castillos de naipes, las hambrunas y las pestes diezmaron las poblaciones, las disputas religiosas se mancharon con sangre. Las respuestas del hombre ante la tribulacion tampoco lo son. Seneca sugeria lo siguiente hace casi dos mil anos: ""Cuando no se puede sufrir algo, lo mejor es saberlo sufrir."" Tal vez sea, por tanto, recomendable saber retroceder y recuperar en la sabiduria de nuestros antepasados las claves para afrontar los nuevos tiempos atribulados que se avecinan en toda vida. PRIMERA PARTE: el mundo en crisis. No hay imperio que mil anos dure Desde las piramides al colapso de la URSS [Este mundo ha sido testigo del fin de la libertad griega, de la caida del imperio romano y de como en Espana se puso el sol. No hay imperio que mil anos dure, y asi vivimos en un mundo globalizado y sometido a grandes migraciones, vaivenes economicos, mala distribucion de la riqueza, conflictos politicos, sociales, raciales y religiosos. Acceso inmediato a una informacion a menudo poco contrastada o simplemente irrelevante.] SEGUNDA PARTE: el pais en crisis. Las razones de la crisis. [Divisiones internas, gasto excesivo, inmigracion masiva y caida de la natalidad. Vivimos en una sociedad voluble, sometida a cambios de usos y costumbres, en la que sus miembros rechazan los patrones de conducta de sus padres y carecen de la menor idea de cuales seran los de sus hijos. Crisis educativas y descredito del pensamiento clasico. TERCERA PARTE: el individuo en crisis. La salvacion de la crisis. [Toda crisis global posee su reflejo en una crisis personal. Los cambios en el modelo de familia, en usos y costumbres, la falta de comunicacion y la necesidad de ""figurar"", el aislamiento del individuo, el miedo a envejecer, a asumir la propia mortalidad nos llevan a refrescar las viejas ensenanzas: como hemos de ganar el alma, como no solo de pan vive el hombre, como hemos de buscar el reino de Dios.] / The times of tribulation are not new. Rather, they seem to always accompany man: rulers and empires fell like houses of cards, famines and plagues decimated the population, religious disputes were stained with blood. The responses of men to the tribulation are not. Seneca suggested the following two thousand years ago: ""When you can not suffer anything, it is best to know suffering."" Perhaps it is therefore advisable to go back and retrieve knowledge in the wisdom of our forefathers the keys to facing the new troubled times ahead in every life.