Autor Ray Arellano: Mi abuelo, era un hombre sabio, trabajador de campo, de esos que nunca se quejan, sencillo y con carácter fuerte. Creo haber escuchado que no terminó los estudios básicos, sin embargo era un sabio. Recuerdo que casi todas las semanas venían familiares y amigos de todas a las edades y a pedirle un consejo a Don Ramón. Además de esas virtudes, el viejo escribía poemas, versos, acrósticos y sabe Dios cuantas cosas más. Tal vez de él heredé el gusto por escribir. Desde temprana edad e influenciado por artistas y música de protesta, yo empecé a hacer mis propios escritos. Ya de adulto, recuerdo que un compañero de trabajo me pidió que le hiciera un poema para su esposa. Lo hice en apenas un par de minutos y al mi amigo le encanto. El problema fue que no le cobre nada. Al emigrar a los Estados Unidos, a principios del milenio y gracias al trabajo que desempeñaba, me di cuenta de cosas que quizás no todo el mundo notaba. En primer lugar, por lo menos en el ambiente donde yo estaba, la discriminación era nula, sino es que inexistente, pero más tarde supe que era porque cada quien con su buen accionar y respeto a los demás, se daba a respetar también; así que no había oportunidad de que nadie nos discriminara. En segundo lugar y quizás más importante es que había miles de historias de éxito de gentes hispanas en este país. Personas que habían llegado de cualquier forma imaginable, y que tan solo escuchar algunas anécdotas de esas travesías, deberían ser consideradas un éxito de por sí. Pero después, había algunos hispanos que habían alcanzado no solo éxito laborar, había algunos que sobrepasan esos "limitantes" culturales, de idioma, etc. y que eran dueños no solo de prósperos negocios, sino algunos de imperios comerciales. Y quizás la idea de un libro nació ahí. Sería, pensaba yo, un libro para platicar qué hacían, cómo actuaban, casi investigar hasta qué comían o como dormían esos hispanos exitosos, siempre buscando el ¿Cómo?.Nunca concrete ese libro, gracias a Dios. Mi idea, creo que era buena, transmitir esperanza y plasmar una ejemplo de que como se dice en la vieja guardia de la cultura hispana: Sí se puede" El problema, me di cuenta con el tiempo, era que no era tan importante el ¿Qué hacer?, ni siquiera el ¿Cómo hacerlo?. Lo que le da fuerza a un propósito de "salir adelante" o de tener éxito, cualquiera que sea tu definición de éxito, es el ¿Por qué lo vas a hacer? y qué herramientas vas a usar para materializar ese "por que". Punto. Cualquier estrategia funciona, cualquier plan de acción funciona, siempre y cuando, primero creas en él y segundo seas consistente, constante y paciente en ver el resultado. Este libro se escribió en 72 horas, pero se estuvo formando por casi 48 años de vida y de experiencias vividas. Aquí tienes el resultado, y espero que al finalizar de leerlo, seas consciente del conocimiento que habrás adquirido y entonces, solo restará que te preguntes a ti mismo...¿Y ahora qué voy a hacer con eso? Tu amigo, Ray Arellano