Misiones por el mundo no es cosa fácil pero cuando escuchas la voz de Dios hablarte y darte instrucciones de lo que vas a hacer, iras a donde él te envía cumpliendo así con la gran comisión como dice Mateo 28:19. En esta obra quiero proyectar como Dios me llama a las misiones, donde todo comienza y como sería mi labor en las diferentes naciones donde he estado trabajando. La preparación y capacitación para grandes cambios no fue fácil, pero el compromiso con Dios me hizo llegar a donde he llegado gracias a él, a su gran amor y gran misericordia. Se pasan muchas dificultades y se sufre mucho, pero a la vez Dios nos da un refrigerio de gozo y alegría cuando vidas vienen a sus pies a través de nuestra gran labor. Es el trabajo más fuerte y difícil ¿sabes por qué? Es como el sembrador tiene que explorar la tierra busca la mejor semilla, tiene herramientas para labrar el terreno, lo limpia de todo abrojo lo riega y fumiga, lo prepara para la siembra y dependiendo de cómo lo cuido así será la cosecha. Es maravilloso ir por el mundo recorrer aldeas, colonias y ciudades de bajos recursos y llevarles una bendición de Dios y sobre todo la palabra de esperanza que es este evangelio poderoso que transforma el corazón del hombre. En este libro recuento mi testimonio, mis vivencias en el camino de cerca y directo con la gente. Dios me ha enseñado mucho en este tiempo en el que vivimos me ha dado sabiduría, inteligencia, visión y ciencia para llevar a cabo su obra con excelencia. Dejando todo lo que queda atrás familia, comodidades, hogar y una nación poderosa para ir a lugares desiertos, pobres con grandes necesidades físicas y espirituales. Quiero proyectar las diferentes culturas y costumbres la fauna y la flora en los diferentes países, la gente, la hospitalidad, la humildad y la aceptación del evangelio y el poder del Espíritu Santo manifestado en muchos lugares.
La misión de la iglesia es llevar este evangelio de Cristo por todas partes y es necesaria la ayuda personal tanto de los misioneros y la ayuda económica de la iglesia, porque hay muchas necesidades. No podemos llegar a una nación con las manos vacías sabiendo que hay muchas necesidades. En mi primer viaje en el 2008 a Guayaquil Ecuador lleve conmigo ropa mucha ropa para niños y en ese viaje deje aun hasta mi ropa propia vi tanta necesidad que Dios me enseno a despojarme de mi misma fue una experiencia maravillosa que verán mientras comiencen esta lectura. Mateo 28:19-20 dice: Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo, Amen. El hacer misiones en el mundo es un mandato de Dios muchos son los llamados y pocos los escogidos no todos tendrán la capacidad para esta gran labor esto es una gran tarea que él nos ha encomendado. Con el solo propósito de proclamar el evangelio hasta lo último de esta tierra. Pero el requisito más importante para esta labor es obreros dispuestos, si dispuestos a abnegarse a todo, dejar tus comodidades y aceptar el reto que Dios te da.

No es fácil dejar todo atrás, la comodidad, la familia, los amigos, el trabajo entre muchas cosas más. Se necesita realmente desprenderse de muchas cosas y es lo que Dios ha hecho en mi vida no puedo ir a misiones una semana y regresar en derrota esta labor es muy extensa no puedes andar con prisa ya que hay nuevos conversos y mucha gente que necesitara de nuestra guianza espiritual. Debemos esforzarnos cada día por estar preparados vivimos un tiempo fuerte y difícil y es a prisa que necesitamos seguir predicando el evangelio Cristo volverá por su iglesia y necesita obreros que vayan a los campos a recoger la cosecha. El Señor me ha enseñado muchas cosas de cada país que he visitado y aun localmente la iglesia no puede perder su norte en tiempos de