Es muy difícil dejar a la patria, a la familia, al hogar y a las pertenencias que, con mucho trabajo y esfuerzo, se han adquirido a través del tiempo para arriesgar la vida en busca de mejores condiciones de vida en tierras extrañas. Personas orgullosas de la patria que los vio nacer tienen que migrar en busca de mejores oportunidades en tierras extranjeras que les brinde mejores oportunidades de vida para ellos y sus familias. Estas personas, al igual que todos nosotros, aspiran a un futuro mejor de igualdad y bienestar donde se pueda alcanzar y disfrutar al máximo una vida de paz, tranquilidad y fortuna en unión a la familia y en conexión con la sociedad de la cual todos formamos parte. Con grandes expectativas, las almas que emigran a tierras extranjeras siempre estarán dispuestas a buscar al Canaán de sus sueños, especialmente si estas son empujadas por gobiernos malévolos y despiadados.
Los riesgos que toman estas personas cuando deciden abandonar la patria en busca de un mejor mañana son enormes, arriesgando hasta sus propias vidas. Muchos de estos extranjeros ven a los Estados Unidos de América como esa tierra prometida. Por ende, el número de inmigrantes quienes arriesgan sus vidas para cruzar el límite y llegar a ese paraíso anhelado es asombroso.
El éxodo desde el país extranjero para cruzar la frontera resulta en un viaje de agonía, sufrimiento y padecer, el cual a veces va acompañado por la muerte. El linde de los dos países es frecuentado por un sinnúmero de predadores, quienes están muy pendientes a las debilidades de sus potenciales víctimas, especialmente si son féminas, quienes viajan sin compañía. Los "coyotes" que anidan el contorno de la frontera son despiadados y a menudo son el impedimento mayor para que el extranjero, en busca de una mejor vida, pueda lograr el sueño americano.
Diferente a la divisoria entre Colombia y Venezuela, la frontera entre México y los Estados Unidos de América es una de gran longitud y difícil de defender por los gobiernos de ambos países. La misma se extiende por unas mil novecientos cincuenta y cuatro millas (tres mil ciento cuarenta y cuatro kilómetros) desde el golfo de México hasta el océano Pacífico y separa a cuatro estados norteamericanos en el norte y seis estados mexicanos por el lado sur de la frontera. A lo largo de este contorno, el extranjero que trata de cruzar se puede encontrar con un río, un desierto o un brazo de mar, dependiendo del lugar que se ha escogido para el intento del cruce.
Sobre tres millones de extranjeros tratan de traspasar esta amplia frontera anualmente. De estos, las autoridades del norte detienen y devuelven diariamente a sus países de origen a unos cinco mil inmigrantes. Sin embargo, la miseria y la opresión que sufren estos extranjeros en sus países y el sueño de un mejor futuro en el extranjero los lleva a intentar poner sus vidas en riesgo una y otra vez tratando de alcanzar "la tierra prometida". Desafortunadamente, cientos de extranjeros mueren anualmente en el intento, quedando en el olvido.