Meíromai es una palabra del griego antiguo que refiere a esa fatídica acción que el destino ejerce sobre nosotros dándonos aquello que nos toca vivir en la vida inexorablemente. Desde esta perspectiva surge este poemario que recoge una trayectoria de cincuenta años en la vida de la poestisa Maria Mercè Domínguez, quien ha seleccionado los poemas en función de un hilo conductor que es la busqueda de la identidad, el sentido, la autenticidad en la relación con los otros y con uno mismo dentro de una sociedad consumista, alienante y cada vez más unidimensional. Hay una crítica explicita a esa sociedad que responde a unos valores distorsionados en función de la productividad, competitividad o del éxito económico y que relega a un segundo plano la originalidad, la creatividad o la reflexión filosófica y artística del propio ser humano en cuanto a su humanidad y sentido en este su mundo. La autora, tal y como explica en la introducción del libro, formó parte en su juventud de un grupo de intelectuales y artistas que se movían en el Barrio Gótico de la Barcelona de los ochenta. La revista Garimau, fue de hecho, el vórtice que la unió a otros que como ella deseaban hacer del arte su vida. Y es en esa época, de una incipiente democracia, justo en esos años de la primera juventud, precisamente cuando se consolida su vocación de poeta. Y como la vida da muchas vueltas, siguiendo la pauta de las moiras, a veces es necesario esperar mucho tiempo para que de la simiente salga un árbol. Y este justamente ha sido el caso de Meíromai, un poemario donde encontramos también una utilización muy especial del color, que combinado con las palabras escritas en mayúsculas o minúsculas, nos permite vislumbrar ciertos mensajes escondidos, o incluso diferentes lecturas de algunos de los poemas. No es de extrañar, pues que hallemos poemas que puedan ser leídos de dos, tres, cuatro o hasta cinco formas diferentes y con significado diferente. Esto es un paralelismo con los acontecimientos que nos acaecen en la vida y de los sentimientos que podemos experimentar. Tal colorido en las palabras y el juego de llevar los versos tanto hacia la izquierda como a la derecha o hacia el centro, para favorecer también esas distintas lecturas, aparece como un guiño a la poesía visual y sus calígramas. En resumen, Meíromai nace como un puente entre la literatura y la reflexión filosófica sobre la humanidad misma de cada ser humano en su propia humanidad a través de la poesía.