Desde mis inicios en el mundo de la educación y la formación de personas, siempre he utilizado las dramatizaciones como recurso pedagógico, por su gran valor didáctico, y también porque son lo más parecido a la vida social, son lo más parecido a un aprender haciendo o aprender representando.

La clave, al menos desde mi experiencia, está en imaginar un marco de referencia psicosocial en una situación social, en una escena, representado en los roles de los personajes de la misma. Por tanto, ya sólo queda imaginar esa escena, y transformar la teoría en situación social, asignando roles (actitudes, competencias, valores, dimensiones) a la interacción social dramatizada.

A partir de aquí, la creatividad y la improvisación de los participantes en la escena, irán creando el guión, la historia, el argumento, pero siempre dentro de esos parámetros psicosociales, de esa metáfora y de esos roles. Por ello, aunque la plantilla dramática sea siempre la misma, si bien cada cual puede ajustarla cambiando o matizando los roles, la historia en cada acción formativa siempre será nueva y diferente.

Si a ello le unimos, además, la metáfora como representación más comprensiva de constructos psicosociales no siempre alcanzables para el entendimiento de todos los participantes, como vehículo de aprendizaje más eficaz, fácil de retener y memorizar, así como de transferir luego a su propia realidad, tenemos en conjunto una potente metodología de enseñanza - aprendizaje. Las metáforas activan nuestro pensamiento creativo, intuitivo, representacional, y ello, unido a nuestro hemisferio izquierdo, digamos que duplica las posibilidades de aprender y comprender lo que estamos actuando.

Todas mis propuestas de metáforas dramatizadas, basadas en marcos de referencia y constructos psicosociales, me han acompañado durante varios años ya en acciones formativas. Y, si bien es cierto, que muchas de ellas ya han sido publicadas como dinámicas de grupo sueltas, en mi colección Cocinando Aprendizajes, en este manual, que además iré ampliando con más ediciones a medida que vaya creando y desarrollando más dramatizaciones, las he reunido todas aquí en un compendio que creo va a resultar de mucho interés y utilidad a todos los educadores y educadoras que usan la dramatización como recurso formativo, de crecimiento personal, y también terapéutico en algunos casos.

También serán de mucha utilidad para la formación de actores, grupos y compañías de teatro, y todo lo que tiene que ver con el mundo escénico en general. Cada una de las propuestas dramáticas está estructurada y organizada en tres apartados, que explico aquí brevemente para un mejor aprovechamiento posterior:

1. Encuadre teórico-situacional. Este apartado es una introducción a la dramatización en la que explico, con mayor o menor extensión en función de la complejidad del marco psicosocial a trabajar, en qué consiste dicho marco, la metáfora que nos va a servir de hilo conductor para el mismo, así como la situación social en que lo vamos a representar.

2. Roles y personajes. En este apartado explico y detallo pormenorizadamente los roles y personajes metafóricos que van a formar parte de la escena, con el fin de explicarlos previamente a los y las participantes, generalmente mediante "tarjetas de rol", y que después, puedan improvisar los diálogos e interacciones basadas en el rol de cada cual.

3. Aplicación en al aula. En este apartado explico cómo llevar a la práctica la dramatización y toda la actividad en general. Qué hacer y tener en cuenta, materiales, rol del facilitador / formador, así como orientaciones para la reflexión posterior y cierre, siempre necesario para extraer las oportunas conclusiones, transferir lo aprendido a la propia realidad, tanto personal como colectiva, así com