Desde aquel tiempo, cuando arribó el Mayflower a América hasta nuestros días, no ha habido tema más interesante que el de la migración. Cuántos cuentos, leyendas, poemas y canciones creadas con tan sublime belleza de las voces elocuentes de sus actores que nos han deleitado durante nuestra niñez y juventud. Ahora todo esto son recuerdos que invaden nuestra mente vieja plagada de fuertes impresiones plasmadas en corazones, mentes y manos resilientes de situaciones jamás imaginadas, contadas por sus originales autores perspicaces que adornan los sucesos: unos con belleza y otros con monstruosidad, porque así han sucedido y así lo han contado. Hoy, ante nosotros y de mano de una noble y sutil princesa, en un cuento -no de hadas- se presenta con destreza en este mundo intrincado de las letras, Luz Camila, con su texto Metamorfosis de las ninfas. Una vivencia real de migración y una doble visión, contada por una joven, en su proceso del paso de niña a adolescente. Un viaje psíquico de contradicciones, encuentros y desencuentros. Ella y su mundo tan íntimo, a la vez tan grande, desolado, difícil de describir, hace de este texto un especial choque con las vivencias de los niños y su percepción del mundo que los rodea y los permea; un desenterramiento de sucesos, ¡sí!, vividos por muchos, pero narrado por pocos. La importancia de leer un texto tan sensible, relatado de primera mano, que arranca las lágrimas y gimoteos de las entrañas. Hace recordar a trazos el Diario de Ana Frank por su candidez y asertividad; a El Viaje de Ana, sin intenciones intelectuales o posturas metódicas, por ser un sencillo e íntimo relato que devela la vivencia de un ser que cree que el mundo que le rodea está haciendo estragos telúricamente en su propio mundo, y lo expone para que otros seres en su posición, de desventaja, y puedan atravesar este mar de situaciones extrañas y misteriosas con aquiescencia, y, por otro lado, de forma divertida, muy a la usanza de los jóvenes y niños. También, y sin mucho presumir, la historia de Luz Camila me recuerda a Svetlana Alexiévich en Muchachos de Zinc. Perder la oportunidad de leer este regalo literario es perderse una parte de la vida de quien tenga hijos. Es dejar de darse un gusto al husmear por las recónditas laderas de la mente humana en transformación; dejar a un lado un mundo de impúberes gritando desde sus trincheras, con sus visiones, llamamientos, ostracismos y complejidades. Al leer Metamorfosis de las ninfas viajas por esa rebelde sin causa que encauza su rebeldía en un escrito que espera cambie el mundo y la posesione como la escritora bestseller, el libro viral; llevándola, a pesar de su poca experiencia, a liderar el mundo, No obstante, si la leemos con profusión, se consigue una delectación que evoca recuerdos añejos muy escondidos; lo mismo que provocara en Antón Ego la degustación del ratatouille en la película del mismo nombre; y esto es significativo, muy especial en el lector adulto. Se avizora en el discurso un nivel epistémico poco usual en las jóvenes de su edad, lo que permite advertir que la madera es de calidad para arder en un brasero pululante de oportunidades dentro del mundo literario. Así, también se logra en la lectura una catarsis muy terapéutica en las jóvenes en este trance de vida, sobre todos aquellas que están tras sus padres, irremediablemente, en busca de mejoras para vivir, en parajes no nativos. Luz Camila, por seguro, no ha develado a plenitud su pretensión. Sin embargo, entendemos que el ejercicio de la escritura le ha recreado, y por ello desea como cualquier joven que su proyecto.