En momentos sin saber qué hacer los Ángeles comenzaron a darme un mensaje diario, al principio pensé que los mensajes eran para el grupo "Seres de Luz'' (WhatsApp), estaba en lo cierto; luego me percate que cada mensaje resonaba conmigo. Sencillamente dije, Yo soy miembro de ese grupo: Todos somos uno.

Con el transcurrir de los días, me dijeron, "escribe" y les pregunté ¿un mensaje cada día? es decir trescientos sesenta y cinco días, les comenté ¿de dónde voy a sacar 365 mensajes?, ellos me repitieron "escribe", pues hice caso y fue mágico. Nuevamente les pregunté ¿voy a escribir un libro? pero ya he enviado esos mensajes a varias personas; la respuesta recibida fue más reveladora aún, "Eres tan estructurada, que los pasos que seguiste en tu tesis de trabajo universitario también lo aplicarás aquí y ese grupo formará parte de tu prueba piloto".

Es sorprendente observar la impresión que los mensajes causaban en cada una de las personas que fueron parte de la prueba piloto. Dicha vivencia me lleva a rendirme a los brazos de la Divinidad, quien guía cada paso que doy. Hay momentos en que ni siquiera rechisto, sólo sigo la señal, abriendo el canal y sorprendiéndome así con las bendiciones que me da el Universo.

La grata experiencia que he tenido al escribir los Mensajes Angelicales es inefable, simplemente el diario vivir daba nacimiento ineludiblemente a las frases, ya que las mismas afloraban, como brota el agua de la tierra. Al presenciar situaciones de fuertes aprendizajes y leerlos me impregnaban de paz. Solía llamarme la atención la vigencia y la resonancia que tenían con las vicisitudes del momento; humildemente se plasmaba la obra de Dios ante mis ojos a través de sus Mensajeros.

Había ocasiones en que las personas comentaban, "tus mensajes me encantan y me llenan", les reiteraba son los Mensajes de los Ángeles y entendí, que solo soy el canal por medio del cual los Ángeles entregan a la humanidad una frase que nos guía, es una respuesta a las preguntas que nos hacemos, nos da fortaleza ante los altibajos de la vida y terminan siendo la señal que nos comprueban a través del corazón que estamos siendo escuchados por el Poder Universal.

Hoy los Ángeles me muestran su amor a través de los testimonios de cada una de las personas con las que he tenido la oportunidad de interactuar. Es un regalo angelical, ser testigo de sus vivencias al escuchar y percibir cómo los mensajes han impactado en sus propias historias. Cada mensaje fue canalizado con el más puro amor y aunque a veces dudaba, la guía de los Ángeles fue muy certera, inclusive cuando hacía las consultas a mi hermana ya que no comprendía la redacción de algunos mensajes transmitidos.

Algo mágico sucede al comenzar a leer el libro, es sentir que los Ángeles se sientan frente a ti para recordarte lo que tu Alma ya sabe. He leído, que a esta vida no vienes a aprender, si no a recordar quién eres. Los majestuosos Ángeles de Dios se expresan de diversas formas y tienen una ardua tarea para asistir y apoyar a los Seres Humanos, que en momentos nos olvidamos que somos Hijos de Dios.

Finalmente, cuando te sientas sin rumbo, desorientado, sin saber qué hacer. Cierra los ojos, toma una respiración profunda, conecta con tu Alma o tu Yo Superior, abre el libro, lee y siente... "Consciente que el Reino Angelical se está comunicando contigo."