Este no es solo un relato sobre seducción, es un viaje a una época en la que la vida era más salvaje y las reglas más laxas. Cuando podías conducir con 0,8 de alcohol en la sangre, fumar en las discotecas, y correr a 220 km/h de Valencia a Madrid en un GTI, enfrentándote en la carretera con un Corrado. Es un vistazo nostálgico a la "prehistoria de la seducción", donde las cosas eran más crudas, menos calculadas. Aunque el tiempo ha pasado, lo esencial sigue igual: el protagonista, ahora de 54 años, aún desafía las normas, pero con más experiencia, besando a chicas de 23 y compartiendo cama con mujeres de 27. ¿Ficción o realidad? Nadie lo sabe, ni siquiera el nombre del autor es real.
La historia sigue a un joven tímido, agorafóbico y sin estilo, quien, tras un divorcio, se encuentra perdido y desubicado a los 37 años. Solo, sin saber a dónde ir, Rafa comienza a transformarse en Zoreas, su alter ego audaz, temerario y seductor. Lo que sigue es un periplo global, desde Valencia hasta Salamanca, Porto, Galicia y Malta, atravesando las vibrantes calles de Nueva York, San Francisco, Pekín, Tokio y París. En cada ciudad, Zoreas se sumerge en el mundo de la seducción, desafiando sus límites y aprendiendo que la clave está en perseguir lo que huye de uno. De los bares más "underground" a los locales más exclusivos, Zoreas conoce más mujeres en pocos años de las que otros conocerán en toda una vida, mientras explora los secretos de las comunidades de seducción y comparte con algunos de los mejores seductores del mundo.
Ahora, Zoreas parece haber desaparecido, pero algunos dicen que en noches de luna llena, saca sus pinturas de guerra y sale en busca de la diosa Astarté. Y aunque esta historia llega a su fin, una nueva está por llegar, quizás más cruda, más real, sobre la "Involución del AntiHéroe".
"Un seductor es como un ejército: solo se sabe de él por los estragos que ha causado tras su paso."
-Ninón de Lenclos, Cartas al Marqués de Sevigné