Su presentación al público fue simplemente como un actor australiano, atractivo, de ojos azules, aunque poco después confesó que había nacido en Nueva York y emigrado a Australia en 1968. Olvidado este incidente, su popularidad fue meteórica cuando se puso aquel traje de cuero en "Mad Max" de George Miller, interpretando a un héroe de acción después del Apocalipsis, y en "Tim" (ambas en 1979), como un trabajador retrasado mental enamorado de Piper Laurie. Gibson se convirtió en una estrella rentable en Australia después de interpretar el drama de guerra de Peter Weir, "Gallipoli", y "El guerrero de la carretera", (ambas 1981), la continuación trascendental de "Mad Max". Esta última, una película de acción clásica, fue un gran acontecimiento internacional en 1982 y le convirtió en uno de los actores más taquilleros. Gibson regresó con Weir en "El año que vivimos peligrosamente" (1983.) Ahora es un reportero australiano que es obligado a permanecer en un país extraño durante los levantamientos políticos de Indonesia en 1960. La interpretación de Gibson demuestra encanto, inteligencia y, más pretenciosamente, incitación al sexo en su primera película como actor romántico. Después realizó su debut como actor americano en un filme menos logrado, como el rebelde Fletcher Christian, opositor al Capitán Bligh (Anthony Hopkins) en "Motín a bordo" (1984) y aparecía también en dos películas más ese año. Volvió a Australia para continuar la serie de "Mad Max" con "Mad Max, más allá de la cúpula del trueno" (1985), una sátira con menos acción y mayor presupuesto, acompañado por Tina Turner, en el cual se asemeja a un profeta errante. Dos años después volvió a interpretar a un héroe de acción en "Arma letal" (1987), uno de sus personajes más populares, Martin Riggs, un policía de homicidios muy dinámico que se juntaba a Danny Glover. La película volvió a convertir en una gran estrella a Gibson y tuvo varias secuelas en las que creó una extraordinaria caracterización de un héroe de acción moderno. Inmediatamente después realizó un cambio sorprendente en su carrera con su retrato del danés melancólico en "Hamlet" (1990) de Franco Zeffirelli. Aunque la película era problemática, Gibson logró proporcionar un retrato finamente recreado del famoso príncipe. Esta fue la primera película producida por Icon Production. Después de continuar con una historia más sentimental con "Eternamente joven" (1992), realizó su debut como director con "El hombre sin rostro" (1993), un drama en el que interpretó a una víctima de una quemadura. Después de este esfuerzo ligeramente popular, Gibson volvió a ser un camorrista más comercial en "Maverick" (1994), adaptación de la serie televisiva de los años 60 que astutamente traslucen sus cualidades como pícaro enérgico y que fue un éxito de taquilla. Volvió a la silla de director con "Braveheart" (1995), ambicioso proyecto en el cual estaba interesado desde hacía muchos años. Vestido con una falda escocesa, luciendo pinturas de guerra azules y manejando una gran espada, Gibson interpretó magistralmente al Señor William Wallace, un noble escocés del siglo XIII que luchó duramente para liberar a Escocia de las leyes inglesas. Después, ese mismo año, puso la voz al señor John Smith en "Pocahontas" de Disney, e hizo también su debut en la pantalla cantando. Con su compañía de cine Icon Production también ha realizado otros proyectos, incluso el biopic de Beethoven "Inmortal Beloved" (1994.)