El matrimonio es un tema de gran trascendencia, en retrospectiva, es el tema que tiene mayor impacto en la sociedad. Desde el inicio de la especie humana y pudiera decirse que hasta el final de ella. No es posible sacarla de la ecuación de la vida, ya que está intrínsecamente ligada al binomio "hombre-mujer". Desde diferentes concepciones filosóficas, el ser humano fue creado para vivir en sociedad y en familia, unidos por uno de los sentimientos más nobles: "El amor".El matrimonio sufre el embate de muchas crisis: la de transición, la de adaptación, por senectud, económicas, entre otras. Para poner en contexto, la crisis de transición arrolla con la dulzura del noviazgo, poniendo en perspectiva la realidad; muestra las facetas desconocidas y saca a luz lo mejor o peor de cada individuó. Es así, como cada crisis y cada etapa en la vida matrimonial añade más drama e intensidad, por lo que cada matrimonio debe luchar con toda su fuerza y más allá de su fuerza para mantenerse estable.Desde la perspectiva que se pretenda abordar: filosófica, teológica, psicológica y/o sociológica, la problemática sigue siendo la misma; los factores y condiciones van cambiando, pero todos pretenden el mismo resultado: "un matrimonio feliz". Pero es una tareatitánica, de lo contrario esta realidad no sería la trama de las películas, cuentos y novelas, en las que de forma mágica "viven felices por siempre" ... Esta situación se ha tornado una utopía para muchos.Naturalmente, las oscilaciones y el devenir de la vida incrementan los factores que, combinados con la monotonía y los efectos externos, van desestabilizando las relaciones de pareja; es ahí, cuando se escuchan las escusas típicas: "El culpable eres tú". En este plano, todo se deteriora, las relaciones maritales no son la acepción; por lo que es preciso cuidar cada detalle y procurar que no naufrague el matrimonio.Si bien es cierto, que tratar de vivir sabiamente, no siempre da los resultados deseados, pues no siempre querer es poder; esto se intensifica, cuando entran en escena los mecanismos de defensa de cada cónyuge. Esta actitud es más común de lo que parece y puede llevar al fracaso a cualquier matrimonio.Muchos matrimonios, se convierten en campos de batalla, de tal manera que cuando el esposo se va al trabajo, se siente libre y en paz; de igual manera la esposa, siente una profunda paz. Pareciera que estar juntos hasta que la muerte los separe quedo en el pasadoy el compromiso por los hijos es el que los mantiene unidos.Posiblemente, los instintos primitivos están a flor de piel en muchos cónyuges y la violencia, la incomprensión son parte del diario vivir; aquel matrimonio sucumbe en excusas y en deseos reprimidos. Por esta razón, es preciso examinar la forma en que los mecanismos de defensa pueden inferir en un matrimonio. Es preciso hacer notar, que esta investigación se ha realizado desde la perspectiva psicodinámico.