About the Book
"CONOCE LA VERDAD Y SERÁS LIBRE". Esta es una frase a modo de sentencia que repitió Jesús de Galilea vacias veces.Casi debo suponer que tendrás alguna noticia de una gran batalla que sucedió en algún lugar del espacio, entre los ángeles, al principio de los tiempos, según está escrito en un libro de la Biblia. Que las dos facciones estaban encabezadas por dos seres sobresalientes: Miguel y Lucifer. Pero, como sobre este tema que te he propuesto, o sea, lo que sucedió al principio de los tiempos, jamás habrás oído ni leído, en ninguna parte, otra cosa que no sea lo que han escrito y predicado los vencedores, vas a leer ahora mismo algo distinto. Yo te resumiré también en unas líneas cómo fueron realmente las cosas en aquella épica batalla. Escucha: esto es lo que yo he descubierto, que "puede ser", lo que realmente sucedió. Pero tú debes investigar por ti mismo.Elgibor, el más sobresaliente de los seres, se había alzado con el poder y la gloria, en este sector del Universo, donde todos los seres espirituales habitábamos felices desde toda la eternidad. Éste ser, asesorado por Metatrón, el gran mago, "el que está detrás del trono", como sugiere su nombre, se dejó seducir por la vanidad y el orgullo, y consintió aceptar el juego perverso que este mago retorcido había ideado. Quería que todos los demás seres entraran en su juego. Pero una gran parte, en realidad la mayoría, no lo aceptaron. Ellos estaban bien así y deseaban seguir así. Él, Elgibor, entonces, se erigió en Gran Dictador, y fue proclamado por muchos. Pero los que no estaban de acuerdo, protestaron, no aceptaron someterse, y se marcharon de su lado. La gran traición consistió en lo siguiente: los insumisos, a los que llamaban rebeldes, fueron convocados a una reunión con la propuesta de llegar a un arreglo del conflicto. Estos acudieron, e iban preparados, eso creían ellos, porque eran inteligentes y, por tanto, prudentes. Pero aquella extraordinaria convocatoria era, en el fondo, una ladina encerrona, o sea, una trampa perversa. Y en ese momento en concreto, los anfitriones ofrecieron como única opción, el sometimiento incondicional, mostrando la cara más resplandeciente del Bien. Y como los invitados se reafirmaron en su negativa, entonces los primeros dieron la vuelta a sus estandartes, y, mostrando el más perverso rostro del Mal, arremetieron contra ellos, y estalló la batalla más espantosa que jamás contemplaron las estrellas. Pyróspaton: literalmente, "espada de fuego", pues eso es lo que significa este nombre, el arma secreta que habían ideado y construido, hizo estragos entre los desdichados rebeldes. Fueron derrotados y abatidos hasta el mismo suelo del planeta Krator, donde se hallaban. Y, aunque parezca increíble, quedaron desgarrados por supurantes heridas mentales. Pero no podían morir porque eran seres inmortales. Pero fueron hechos prisioneros, se les metió en cuerpos de simios, y se les dispersó por los planetas de la Galaxia. Entre ellos, el planeta Tierra. Y ese fue el maldito juego en el que no quisimos entrar. Y aquí y así estamos desde entonces. Eones de tiempo después de aquello, un magnífico ser, el más noble y resplandeciente de los seres que había participado en aquella guerra, y había conseguido huir de la prisión, y en parte también había conseguido liberarse de las heridas de "La Espada de Fuego", aceptó una oferta de Elgibor, cuando, cansado de aquel diabólico juego, le apeteció inventar otro: una redención y un redentor. Pero no halló a ninguno digno de tal honor. Así que, no había más remedio que inventar un cordero digno de tal holocausto. Y, ¿a quién eligió? Si lees el libro lo sabrás, con todos sus detalles. La propuesta era ésta: "Si tú y tu pandilla de rebeldes queréis ser perdonados y liberados, harás el papel real de "Siervo de Yavé", con todas sus consecuencias".