El autor es originario de Quetzaltenango, Guatemala. Por ello esta obra tiene como marco principal esta ciudad. Se narran en esta obra recuerdos de un estudiante durante su adolescencia y su paso por el Instituto Normal para Varones de Occidente.
Nada es casual; existe siempre una cadena o concatenación de hechos previos a algo presente. Por eso, aparte de la historia de fundación del Instituto de Varones, el autor presenta, aunque breve, una serie de eventos sucedidos entre la independencia de Centroamérica en 1821 y los inicios de la revolución liberal en Guatemala y su toma del poder en 1871. Pasando por la historia del extinto Estado de Los Altos.
Como fruto de la revolución liberal de 1871 nace el Instituto de Varones a la luz pública en 1872, con sus luces y sombras, sin planificación, sin grandes consensos, o tal vez como una baza del destino, pero que incidiría de una manera notable en la sociedad quetzalteca y, por ende, en la guatemalteca.
Ha sido grande la aportación educativa del primer instituto de su clase en Centroamérica; grandes personalidades han egresado de sus aulas, tantas que escribir sobre ellas, hombres y mujeres, sería una ardua y larga tarea. Estado y Ayuntamiento, en ese entonces, se hicieron cargo de echar adelante el proyecto educativo. Lo que ya no sucede en la actualidad.
Sería de tal envergadura el impacto de este centro educativo en la historia del país que su primer graduado fue nada menos que presidente de la República de Guatemala. Y, además, algunos presidentes occidentales de fines del siglo XIX a mediados del siglo XX pasaron por sus aulas. El último de ellos se cree, fue Jacobo Árbenz Guzmán. Lo anterior y más podrá conocer sobre el Instituto Normal para Varones de Occidente en esta obra.