INTRODUCCIÓN
CANDY ES UNO DE LOS GRANDES ECUALIZADORES DE LA VIDA.
Está ahí para nosotros en las buenas y en las malas. Es la piruleta después de una visita al médico o el cuenco de dulces que te espera en el mostrador de la caja del banco. Encontrará una menta de chocolate en la almohada de una cama de hotel recién hecha y otra encima de la cuenta cuando visite su restaurante favorito. El hada de los dientes puede dejar algunas monedas de caramelo a cambio de un diente de leche perdido, al igual que un médico puede darle una ventosa después de una visita. Candy comunica algo verdaderamente elemental. Nos recuerda que la vida puede ser dulce, incluso cuando estamos soportando sus inevitables molestias.
Candy marca momentos, grandes y pequeños. ¿Organizar una fiesta de cumpleaños para niños? Vas a necesitar algunas golosinas envueltas para la piñata. ¿Conocer al nuevo bebé de un amigo? Esa es una buena excusa para comprar bombones. Alguien se gradúa. Una promoción en el trabajo. Ir al cine. Incluso comprobando en la tienda de comestibles. Candy está ahí.
Candy siempre ha sido parte de la vida. Los dulces nos han levantado el ánimo desde la antigüedad, cuando los griegos y los egipcios valoraban la miel como medicina y la llamaban la ambrosía de los dioses. Los nativos americanos desarrollaron el jarabe de arce y los dulces, y muchas de sus tradiciones llegaron a girar en torno a la temporada de azúcar de arce.
Candy da vida a las vacaciones. De hecho, es difícil imaginar unas vacaciones sin dulces. Halloween no sería lo mismo sin truco o trato. Nadie buscaría huevos de plástico sin la promesa de gominolas y huevos de petirrojo de chocolate adentro. Y los niños dormirían todo el mes de diciembre si no fuera por los calendarios de Adviento, la corteza de menta y los rellenos de calcetines. Todos los rituales, momentos y experiencias compartidas son mejores con dulces. En muchos hogares, cocinar dulces es tan sinónimo de las fiestas como el olor de las hojas recién caídas, el fuego en el hogar, la sidra caliente y el aroma de los árboles de hoja perenne dentro de la casa. El aroma de las recetas familiares flotando en la casa es como una máquina del tiempo sensorial que regresa a la infancia. Para las generaciones más jóvenes, esos dulces aromas significan que es un momento especial. ¡Es hora de hacer los dulces!
Mucha gente piensa que hacer dulces en casa, en su propia cocina, es complicado, difícil y caro. Que no es. Comenzar requiere solo ingredientes básicos, algunas piezas de equipo común y algo de calor. Eso es. Con solo un poco de esfuerzo, podrá llevar sus vacaciones a un nivel completamente nuevo. Los cumpleaños, aniversarios y regalos de agradecimiento serán mucho más memorables cuando agregue el toque personal de los dulces caseros elaborados con amor. Además, hay una gran alegría al crear algo delicioso con tus propias manos. Tus creaciones se convierten en una expresión de ti.
Su caramelo puede ser blando o duro, masticable o pegajoso, suave o tiza, esponjoso o denso, o simplemente disolverse en el momento en que golpea su lengua. Puede ser dulce o salado o ambos e incluir de todo, desde nueces y semillas hasta frutas, licores, cremas y especias. Puede hacer caramelos blandos, como caramelos y Pâte de Fruit, caramelos duros, como toffee y piruletas, o caramelos masticables, como caramelos y gomitas. ¡Imagínese las emocionantes combinaciones que esperan ser descubiertas!
Hacer dulces es una excelente manera de pasar tiempo de calidad volviéndose creativo (y pegajoso) con familiares y amigos. Es muy divertido, delicioso y, lo más importante, hace la vida mucho más dulce.