El desarrollo no es fruto del azar ni de un milagro, sobre todo cuando la voluntad de empobrecer a los pueblos más ricos es la voluntad de los ignorantes.
Cuando la ignorancia presume de su realidad insuperable, a veces es bueno presentar con certeza todo lo que está mal, y ese es el efecto de las crisis financieras y económicas en países ricos que se supone deberían de crecer.
El crecimiento de un país no se mide en los coches grandes y en los castillos de la nueva monarquía política, sino en el bienestar de la mayoría, de los más jóvenes, de las capas más necesitadas que a veces se olvida que son los verdaderos dueños y soberanos de toda la riqueza y el futuro de un país.
Pero, cuando esos recursos ni siquiera llegan a esa población, entonces el futuro entero de un país y millones de personas se ve peligrar por la falta de planificación, siempre adelantando la meta como si el desarrollo fuese algo imposible y la prosperidad un mito inalcanzable.
Ya lo dijo Confucio, el gran sabio y filósofo chino, que si un gobierno no hace rico y próspero a su pueblo no es porque no quiere, sino porque no puede.
Esto es todo lo que se puede hacer para el Aceleramiento Económico, Tecnológico, Comercial e Industrial de Guinea Ecuatorial.
El desarrollo no es fruto del azar ni de un milagro, sobre todo cuando la voluntad de empobrecer a los pueblos más ricos es la voluntad de los ignorantes.
Cuando la ignorancia presume de su realidad insuperable, a veces es bueno presentar con certeza todo lo que está mal, y ese es el efecto de las crisis financieras y económicas en países ricos que se supone deberían de crecer.
El crecimiento de un país no se mide en los coches grandes y en los castillos de la nueva monarquía política, sino en el bienestar de la mayoría, de los más jóvenes, de las capas más necesitadas que a veces se olvida que son los verdaderos dueños y soberanos de toda la riqueza y el futuro de un país.
Pero, cuando esos recursos ni siquiera llegan a esa población, entonces el futuro entero de un país y millones de personas se ve peligrar por la falta de planificación, siempre adelantando la meta como si el desarrollo fuese algo imposible y la prosperidad un mito inalcanzable.
Ya lo dijo Confucio, el gran sabio y filósofo chino, que si un gobierno no hace rico y próspero a su pueblo no es porque no quiere, sino porque no puede.
Esto es todo lo que se puede hacer ( y cómo se debe hacer) para el Aceleramiento Económico, Comercial, Industrial y Aeroespacial para la República de Guinea Ecuatorial.