Luis Alberto Ruiz Castellón sigue hablando de amor. Desde su primer libro de poesía publicado en 2010 hay una catarsis de amor y romanticismo, magnificados por una rima consonante sincera y fresca, inexplicablemente desdeñada por la corriente moderna del verso libre. Y ahora estos cuentos y ensayos, románticos y trágicos, que nos recrean amores de Romeo y Julieta frustrados por diferencias sociales. Amores frustrados que se hacen leyenda en la memoria colectiva, en donde lo sobrenatural es esencial para que esos amores se realicen como en La prostituta que murió virgen, El loco de la costa, La poesía Mata. Y es que en nuestro mundo globalizado tantos amores se frustran por el desempleo, la emigración, el machismo, el divorcio, la violencia intrafamiliar, es decir, ya no es el amor romántico frustrado por prohibiciones de terceros, sino un amor efímero carente de valores sobre todo en el hombre que ve a la mujer como un objeto. Hay un elemento común que se destaca tanto en los cuentos como en los artículos y ensayos; la paciencia que se requiere entre dos jóvenes que se aman para lograr el momento justo y oportuno para que ese amor se materialice y perennice, la que se requiere para no responder con venganza a una injusticia, la que se requiere para lograr una meta o un proyecto de vida, esa paciencia que se requiere para soportar una situación de desequilibrio y esperar, como dice el lector, la salida del sol cada mañana. Sumemos a la paciencia el esfuerzo de dar cada día pequeños pasos hacia el objetivo, como el ave que primero se toma el tiempo para buscar un lugar adecuado y seguro para su nido, y luego de ramita en ramita lo construye. Con paciencia y esfuerzo dos jóvenes evitan un embarazo no deseado, una enfermedad de transmisión sexual, una pobreza permanente. Con paciencia esos jóvenes terminan sus estudios y comienzan, como las aves, a planificar la construcción de su santuario de amor. La verdadera religión es El Amor, y no necesito hacer una tesis para probarlo. Basta leer Dos lágrimas... ¡Una sonrisa!, para entender la diferencia entre la solidaridad y la indiferencia. Por amor y con amor un hombre reconoce la paternidad de un hijo; lo quiere, lo educa, ríe y juega con él y le da herramientas para afrontar la vida. Con amor y por amor los padres aconsejan y dejan a los hijos las decisiones importantes para su vida. Con amor un líder utiliza su poder para el bien de los demás. Con amor son sobranceras las etiquetas de marca del consumismo, saludaríamos a un amigo que vive a una cuadra con un apretón de manos y no con un mensaje de texto, nos daríamos tiempo para visitar a un enfermo, con amor nunca dudaríamos que La vida es bella. El autor de El Principito, Antoine de Saint Exuperry nos dice: "Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor". Esto resume la filosofía literaria de Luis Alberto; es un luchador, un poeta y hombre romántico que nos comparte su manera de vivir y con humildad nos dice que ha sufrido pero que ríe, que carece pero da. Luis Iglesias Poeta y Escritor