A veces es bueno volver atrás y buscar nuestra sombra, juntar algunas partes para recomponer finales inconclusos, así, quizá se pueda tener otra perspectiva del que ya no forma parte de este mundo.Quién creyera que Cecilio Nepomuceno, aquel escuálido y poco atractivo joven que se encaminaba por la vida con su renguera a cuestas, iba despejando caminos de La Gloria a El Peligro, y de El Peligro a la capital, y en la capital a La vaca que lee y canta; para querer ser un escritor. Con sus pasos cojos, por ser un iluso más del planeta termina enredado en otra cuestión, lejos de imaginarse el lío en que se metería.Este joven pueblerino, se aleja de los demás no solo por su físico enclenque y sus traumas psicológicos, sino para expresar sus pensamientos al viento y después escribir sus disparates. Sin embargo, no para de hablar cuando encuentra afinidad con quien lo escucha, y de este modo descarga toda su palabrería como lo hace con ese amigo al que llaman La mera humildad. Asimismo, con uno que otro campesino, con los caminos, los campos, y el viento. ¡Ah!, y con el más allá. Se puede decir que el destino enlazó a varios personajes en un determinado punto de la vida y cada uno llegó con sus historias y su locura. Lea, por querer ayudar a otra mujer, se inmiscuyó donde no la llamaron aventurándose en una peligrosa carrera, y desde ese momento tuvo que camuflarse haciendo una labor cualquiera, diferente a su elevado perfil. Lo mismo le pasó al señor Marino. Él, con la felicidad a cuestas y siendo un iluso que celebraba antes de tiempo una victoria que aún estaba muy lejos, tuvo que bajarse de la nube, colocarse la capa de superhombre y ayudar a una muchacha, sin imaginarse que desde ese momento los trazos del destino le serían cambiados, además que el enclenque, sería nominado a despejar caminos de ensueños. Los comensales del Comedero de Salomé, cada uno con su autenticidad y su demencia, también fueron encaminados por un fin, así como los demás resultaron empujados a ayudar a esclarecer un homicidio literario que quedó en el pasado. .Sin, embargo, ese tema fue ignorado por todo el mundo, sobre todo por esos personajes comunes y corrientes, desorientados de muchos pasos que la vida les negó vivir, pero que, pese a ello, fueron pieza clave en una investigación. Gracias a sus pocas vivencias pudieron sacar a la luz y ante el ámbito literario un descubrimiento.