Todos tenemos ese trance que nos inyecta una sobredosis de adrenalina en algún momento, que aunque no la necesitemos ni la pidamos, se nos viene como un viento fuerte de febrero, que arrasa con todo a su paso y solo te da tiempo de actuar, sin configurarte en tu cabeza las posibles alternativas, evaluarlas y decidir, la vida es eso.
Muchas veces actuamos sin analizar las cosas, sin detenernos al final de la jornada, pensar y actuar. Dichosos los que tienen el tiempo a su favor y hacerlo, su vida estará invadida de planificaciones y probablemente la lista de tareas, como un proyecto, no acaben hasta el día de su muerte.
Otros no tienen la misma suerte, y tienen que vivir el día a día de una forma aventurada, sin considerar riesgos, es decir, actuar o morir en el intento, así de dramático es este juego.
Tarde o temprano vamos a recibir dos cosas; lo que planificado estaba considerando como esquivar los riesgos, nos llevará a la meta propuesta, un título, un empleo soñado, un viaje, una familia o un proyecto de inversión. El miedo que tanto nos venía a la cabeza. No hay peor cosa que observar al universo con una sonrisa, porque le molesta tu felicidad, cualquiera diría que Dios es amante de la comedia, y las películas sobre Rambo, donde no se queja y siempre está dispuesto a tomar el toro por los cuernos y pasar al siguiente nivel.
Así es que, analiza tus problemas, pueden parecer una partida de Parchis en nivel principiante ante una persona que lo ha perdido todo y no tiene en quien confiar ni en que hombros llorar, dar gracias por todo lo que el universo nos da, es lo único que nos hace recobrar la paz espiritual que anhelamos, la estabilidad emocional de que somos los únicos que podemos tomar decisiones en pro de nuestro proyecto de vida e incluir en el a todos aquellos que nosotros consideramos que deben de estar en él.
Que otros decidan lo que debemos quitar o poner solo nos aleja del camino que nos conduce a la estabilidad, que se ha convertido para mi generación en una búsqueda constante.
El mundo de Paula nos lleva a través de la primera parte del libro, a la cotidianidad de una chica con un sueño y con una vida normal, hasta que su situación cambia una vez, y este cambio la lleva a muchos otros cambios, como un efecto dominó, que probablemente nos ha tocado vivir de la misma forma en alguna etapa de nuestras vidas.
La segunda parte del libro nos adentra a uno de los personajes secundarios de la novela, sin embargo, nuestra apreciación del personaje cambia, una vez que nos adentramos en su mundo, cada escenario es el resultado de una situación que puede ser tratada de una u otra manera, según los supuestos de cómo queremos comprender las cosas y su forma de solucionarlas.
En cada capítulo un posible juego de decisiones que como podrás ver, cruzan por nuestra mente, y te llegan a ser empático o crítico de la decisión que cada una de ellas tome.
La teoría la descubres con la lectura, la forma de resolver no siempre nos devuelve al lugar donde pertenecemos, por bien o por mal, avanzamos, muchas veces sin considerar las posibles alternativas que tenemos.