Irene tenía los ojos del color de las arenas del desierto y el cabello negro como las noches sin luna. No tendría más de 16 años cuando Allah quiso ponerla en mi camino. Conocerla supuso para un hombre curtido en la guerra, hastiado del rencor y la rabia durante décadas, como una lluvia fresca de rocío en la madrugada. No miento si digo ante los ojos del Poderoso que de todas las figuras que este servidor de Allah ha tenido la dicha y el infortunio de cruzarse en sus muchos años de batalla, la Dama Irene de Manrique fue sin duda alguna la más intensa, la más especial y la más sorprendente de todas.Aún tenía cuerpo de niña cuando llegó hasta mí. Era de escasa estatura. Una mujer, apenas mujer, pero en sus iris anidaba una fuerza que sólo habita en las almas de quienes tienen en su poder la capacidad de cambiar a las personas con las se cruzan. Su voz era dulce, como el fruto de la palmera, pero atemperada. Tenía un matiz extraño de gravedad contenida. Su juventud sólo potenciaba su firme carácter. Su aparente fragilidad sólo daba motivos para verla aún más intensa. Tenía una capacidad para apasionarse que sólo rivalizaba con la convicción de su alma. Un punto irresistible que equilibraba su evidente juventud con una potencia desconocida e improbable para sus años. Apenas la tuve delante supe que me hallaba ante una mujer de las que se hace difícil olvidar. Una mujer que heriría, que se clavaría hondo. Una mujer por la que un hombre mataría y se dejaría morir sin dudarlo.

Ambas cosas sucedieron.

Ésta es su historia.

Irene: Luz y Destino es una novela seriada. Lo que vas a encontrar aquí correspondería al equivalente de un capítulo si habláramos de una serie de televisión. La intención de su autor es proporcionar a los lectores las claves necesarias para engancharles en la trama de sus protagonistas. Como tal no encontrarás un final cerrado en este volumen sino, en su caso, los cierres de algunas de sus líneas inmediatas. Esta serie tiene concebido su final de temporada aunque el número de capítulos finales podría verse alterado, por lo que se asegura su final. Para posibles nuevas temporadas será imprescindible la reacción y fidelidad de su público. Confiamos en que los pasajes contenidos en Irene: Luz y Destino sean lo bastante interesantes como para que tal posibilidad exista.IRENE: LUZ Y DESTINO NO es una serie histórica ni pretende serlo. Es una ficción romántica. Las alteraciones y anacronismos son conscientes y pretendidos.