La Inteligencia Artificial (IA) trae una nueva era, que sacudirá a la humanidad como nunca antes. Un conjunto de tecnologías transnacionales por definición, con el potencial de crear superinteligencias superiores a las nuestras, que recogerían todo el saber y construirían sobre él de forma autónoma, a través del "aprendizaje profundo".
En pocos decenios, la IA recogerá tendrá el nivel de los premios Nóbel, irá más allá, y mentes tan preclaras como el físico Stephen Hawking nos avisan que, "a menos que aprendamos a prepararnos, y evitar sus riesgos potenciales, la Inteligencia Artificial podría ser el peor evento en la historia de nuestra civilización." Anticipó que, si la propia Inteligencia Artificial comienza a diseñarse a sí misma mejor que los programadores humanos, el resultado podría ser "máquinas que nos exceden tanto como nosotros excedemos a los caracoles."
Algo aún lejano, pero lejano en IA significa decenios.

Por encima de aspectos militares, retos en biotecnología, su capacidad de subvertir la democracia y los medios de comunicación, coadyuvar a la tiranía o la construcción de Estados policiales - Orwellianos -, la IA podría suponer una catástrofe en términos de empleo y organización social. Pues las máquinas sustituirán todas las tareas repetitivas en pocos decenios, y los expertos creen que en cien años nuestros descendientes - en el escenario positivo - estarían libando cocos en la playa, servidos por drones, claro.

Para este autor, urge un nuevo modelo, pues lo que tenemos no sirve.
El Estado nación nacido en Westfalia, cuando iban en burro o a pie, ha agotado su recorrido, y hoy solo sirve al privilegio, con su segmentación política.
De no mediar cambios estructurales profundos, la IA solo acelerará, de modo formidable, tendencias de largo recorrido, presentes en cómo se ha configurado la globalización. Reflejadas en la acreción de la desigualdad, pese al crecimiento económico y del comercio internacional.

En su anverso, la IA podría entrañar cambios positivos de gran calado, en múltiples esferas. Multitud de aspectos menores que nos facilitarían la vida, pero sobre todo áreas mayores como la educación, la salud, el auge en la expectativa de vida, el fin de la Torre de Babel, y del trabajo como esclavitud, la gestión de la energía o las catástrofes naturales, o la erradicación de la pobreza y la desigualdad, entre muchas otras.

Esta obra pretende su análisis, así como contribuir con un esbozo de soluciones, para un corpus iuris de la humanidad, en el nuevo tiempo.

Porque nosotros somos el verdadero reto, no la Inteligencia Artificial.