Alicia era la fantasía perfecta.
Joven, bella, alternativa.
Tatuada de brazos a cuello.
Rastas. Maquillaje gótico.
Descarada, educada.
Dominante, sumisa.
Era la contradicción perfecta.
El juguete perfecto.
Y esa era precisamente su vida.
Una influencer de éxito.
Modelo, icono, y objeto.
Y todo empezó como un hobbie.
El problema, que Alicia estaba sola.
Pero ella sabía bien lo que quería.
Alicia quería un amo. Y entonces, lo vio.
En televisión. Arturo Romero.
El empresario más rico de España.
De clase obrera, al cielo.
Guapo, maduro, educado, profesional...
... y una pinta de amo increíble.
Fue fácil: Un vídeo en redes sociales.
Un vídeo provocador, declarándose.
No tardó en invitarla.
Y entonces, Alicia descubrió quién era...
... su collar, su mazmorra, su fusta...
... sus caricias, su amor...
Fuego y Hielo. Dolor y placer.
Justo lo que ella quería.
Hasta que la verdad se descubrió.
Y tuvieron que tomar la gran decisión.