Las cooperativas constituyen el mayor movimiento socioeconómico del planeta con un 2,94 millones de ellas y 1.217,5 millones de asociados en todo tipo de cooperativas, sobre una población mundial de 7.324 millones, el 16,62%, la sexta parte . El empleo por ellas proporcionado comprende al menos 250 millones de personas con una población ocupada de 10,8 millones de trabajadores - asociados y 15,6 millones de empleados . Si se considera que cada asociado tiene una familia promedio de tres personas, el total de personas vinculadas al movimiento, sobrepasa los cuatro mil millones. Esa constelación cooperativa presenta problemas y uno de ello, siempre presente, se refiere a cómo gestionarlas y gobernarlas apropiadamente en aras de lo que pudiese denominarse el Buen Gobierno Cooperativo, término prestado del mundo de las empresas de capital (Buen Gobierno Corporativo) que ha tomado presencia en las OES y es necesario abordarlo conceptual mente y con direccionalidad para aplicarlo apropiadamente en las cooperativas considerando los rasos que estas poseen: Identidad Cooperativa, pues solo a partir de ellos es posible abordar lo que coloquialmente los autores de este documento denominan las 4G: Gestión, Gobierno, Gobernabilidad y Gobernanza, para así formular consideraciones acerca del buen gobierno señalado. Con este documento se aspira aportar a una reflexión necesaria sobre las cooperativas, su organización y funcionamiento centrando la atención en el conjunto de sus rasgos, en la gestión, gobierno, ética y la necesidad de líderes que con base en estos elementos impulsen el cooperativismo con clara visión de lo que las cooperativas son y deben ser en un contexto de globalización y de Cuarta Revolución Industrial teniendo como norte los Objetivos del Desarrollo Sostenibles del Plan 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).Varias razones ratifican la pertinencia de este documento, véanse cuatro:1.- Para los asociados en la idea de conocer la singularidad de sus organizaciones. El genuino desarrollo cooperativo solo se logra cuando ellas se empinan hacia sus objetivos sobre sus propias fortalezas y ventajas competitivas sin injerencias estatales, religiosas, partidistas u otras, sin que ello signifique aislamiento; 2.- Para los miembros de instancias de vigilancia, supervisión y control en aras de desarrollar una visión integral de sus organizaciones que permita determinar su comportamiento, impulsar sus decisiones asertivas y corregir apropiadamente rumbos, todo ello de conformidad con la ética propia de la organización y el cumplimiento de los parámetros legales y organizacionales; 3.- Para funcionarios públicos, son innumerables los organismos gubernamentales, particularmente superintendencias, cuyos funcionarios, por desconocimiento numerosas veces, imponen a las cooperativas y otras OES criterios e indicadores propios de la banca y hasta de grandes empresas sin considerar que estas organizaciones obedecen más a la utilidad que brindan a sus asociados que a los indicadores que marginan lo social en las balanzas evaluativas; y 4.- Para académicos y estudiosos de los movimientos sociales, particularmente quienes esgrimen la Teoría Administrativa desde dos perspectivas: 1.- la del funcionamiento interno con base en alinear esfuerzos y recursos en aras del logro de objetivos; y 2.- la de sus relaciones con la sociedad. Un sesgo de quienes manejan esta Teoría es el de nutrir la dinámica cooperativa con experiencias de empresas de capital. La carencia de herramientas de indagación e investigación de la realidad interna y del entorno de por los propios cooperativistas, hace que prevalezcan teorías y explicaciones externas a esa realidad sin contrapesos objetivos por parte de ellos.En estos cuatro sectores focaliza este documento pero, sin duda alguna, corresponde a los cooperativistas la comprensión de los problemas de sus organizaciones y del movimiento por ellas conformado.