Introducción
¡La segunda parte de mi libro es para seguirles contando mi historia, sigo con un Drama! Espero que no malinterpreten la vida
en mi adolescencia con mi vida actual. Es como si se tratara de
una telenovela, pero pasó en la realidad.
Había cumplido catorce años cuando me empezaron a fallar
los cables de mi cerebro. Fue cuando tomé la decisión más errada
de mi vida. Pero ¿cómo iba yo a saber lo que habría de
sucederme? Estaba creciendo en un mundo de inocencia, no
conocía la maldad hasta ese momento.
Yo era muy ingenua en ese tiempo, me podían manipular sin
que yo me diera cuenta. En la pubertad o en esa edad en donde
estamos aprendiendo a desarrollar nuestros cerebros no sabemos
qué es lo mejor o lo peor.
No tenemos la confianza de hablar con nuestros padres, ¡yo
era una de ellas! Mi madre nunca nos dio la confianza para
hacerlo y es por eso que tenía miedo de hablar con ella de alguna
cosa personal o de cómo yo me sentía.
Que conste que no estoy culpando a mi madre de todo lo que
me haya pasado como suelen hacer muchos hijos, culpar a los
padres de todo lo malo que les pasa. Mi madre era para mí lo más
sagrado, pues ella me dio la vida, ella quiso protegerme, pero me
sobreprotegió sin aclararme los riesgos de la vida.
Siempre pensé que si mi padre hubiese vivido no me
hubiesen pasado tantas cosas horribles.
Pero ahora estoy segura de que, aunque yo hubiese hablado
de todas las cosas que me estaban pasando, nadie podía hacer
nada por mí.
Dejé de creer que había un Dios, que no existía la justicia
humana y menos la divina. Por ello pido disculpas a Dios y me
debe perdonar porque no sabía lo que hacía. Pues yo me iba a las
iglesias a rezar y a pedir piedad, pero sentía que ni Dios ni los
Santos me escuchaban. Mi desesperación invadía cada día de mi vida.
Después empecé a pedirle a Dios que desapareciera aquel
monstruo que había arruinado mi vida, se lo pedía de rodillas. Hoy
sé que eso no era correcto, las personas tóxicas tienen que vivir
para pagar sus pecados en este mundo y los crímenes que han
hecho en toda su vida y aún más allá.
¡Otra vez vuelvo a usar la palabra karma! El que hace mal,
termina mal y la maldad se le regresa a esa persona triplicada y lo
más terrible es que abarca a su familia de generación en
generación ¿y qué culpa tengo yo de pagar lo que mis ancestros
hicieron? Pues siempre seguían ocultando las cosas y nunca
fueron capaces de enfrentar a la realidad como yo lo estoy haciendo.
Para romper esas maldiciones hay que enfrentarse con ellas
y pedirle a Dios que te libere ya de una vez por todas y que
perdones a tus ancestros.
Yo pido perdón públicamente aquí y ahora si he causado
inconscientemente daños a otras personas, porque consciente
creo que no lo he hecho.
Yo quiero que este karma termine aquí y ahora porque con
esta publicación estoy trabajando duramente para perdonar y
limpiarme del odio que he llevado por dentro durante tantos años.
Aquí les explico lo que quiere decir karma para aquellas
personas que no conocen el significado.
A diferencia de lo que muchos creen, el karma no se trata de
venganza o castigo. Esta idea nació en las culturas orientales
como el budismo o el hinduismo, y habla de recibir lo mismo que
brindamos. Si brindas amor, recibes amor. Todos, en el futuro,
recibiremos eso que damos: todo lo que das, sea bueno o malo,
vuelve a ti.
Bueno, con mis catorce años me empezaban los síntomas de
la pubertad, que eran muy fuertes: estaba en la secundaria y tenía
mucho que aprender, pero mi concentracion era (cero) Me pasaba las noches en