En el presente libro se describe la Venezuela de ayer y hoy, específicamente en las últimas tres décadas; aunque en ocasiones y de forma muy breve, se reseñan acontecimientos de pasados más lejanos, con gran cantidad de elementos vivenciales, en los cuales las costumbres, hechos y personajes de diferentes regiones del país, quedan enaltecidos a través de las letras de Nasbly Kalinina. Se trata de un gran aporte a la comprensión de la cultura de Venezuela y por tal motivo, muy recomendable especialmente para jóvenes, quienes a medida que leen, se enriquecen con los conocimientos que esta obra les ofrece.
En los primeros capítulos, la autora, a través de la personificación de Inés Gabriela, cuenta una historia enmarcada en una época de gran trascendencia política en Venezuela. Con un estilo muy particular narra cómo se desenvuelve la vida de este personaje y la de su familia desde que comenzó a gestarse el modelo Socialista en el país, hasta su total instauración. Un relato fascinante, en cuya trama se entremezcla un sinfín de sentimientos que sin duda alguna, atrapa la atención del lector. Sin embargo, en los últimos seis capítulos, la escritora abandona los sucesos trágicos para concentrarse en Europa y dar a su obra un final feliz. Y es que al comienzo, cuando manifiesta: "Escribe con el corazón cuando tengas inspiración, sin olvidar que el éxito va de la mano de la constancia y la disciplina", de seguro así lo hizo.
Los personajes, a veces reales, a veces imaginarios, se mueven en un mundo de intensas emociones donde la ternura y la inocencia de la juventud se ponen de manifiesto de principio a fin. Los sentimientos de amor y compasión contrastan de manera significativa con aquéllos de odio y venganza, que en ciertos momentos se ven reflejados en algunos escenarios. Dentro de una lectura sencilla, profundiza en diferentes ámbitos de la realidad venezolana, donde los aspectos político, religioso, económico y social se ilustran en forma significativa.
Resulta interesante la manera como se conjugan las destrezas narrativas en la obra; sobre todo cuando se entrelazan diferentes épocas de la historia del país, la descripción minuciosa de cada contexto, la amplia incorporación de espacios nacionales e internacionales y la adaptación rigurosa y casi perfecta de los elementos semióticos en cada uno de los lugares que se van mencionando. El sumergir al lector en la magia de las travesías a medida que se van describiendo los hechos, documenta y educa a través del desplazamiento en los viajes que se realizan dentro y fuera del país.
Por otro lado, el ingenio con el que se exponen las ideas en los cuentos cortos, generalmente surrealistas o en fábula, cargados de alegorías, símiles, hipérboles y prosopopeyas; entre otras figuras retóricas, pone de manifiesto la alta capacidad de imaginación de la autora. De igual manera, su profunda fe hacia Dios y su pasión por la religión católica, queda demostrada a lo largo de toda la obra, tal como cuando expresa: "El secreto para no caer en pecado es entregarle el corazón al Divino Niño Jesús para que siempre nos lo mantenga puro, nuestros pensamientos al Espíritu Santo para que nos aleje de las malas inclinaciones, nuestros ojos a Papá Dios para que veamos nuestro camino sin apartarnos de él, y nuestras manos a la Virgen para que nos guíe cuando nos desviamos." Sin embargo, consciente de las diferentes creencias religiosas que forman parte de la cultura venezolana, ella no las omite, sino que por el contrario, las describe ampliamente, al mismo tiempo que advierte: "...cada quien es libre de creer en lo que quiera, pero sin hacer daño a nadie".
Sin duda que la obra "Historias para Ana: Génesis", comprime un mensaje de reflexión para todos aquellos que persiguen sueños, que aman la libertad y la vida.