Excerpt from Historia General de Espa�a, Vol. 6

El Rey Don Manuel pl(ll0 la Reyna su suegra no dix�se nada' � la princesa ya Reyna de Portugal y asi 'p'arti� luego con ella para la ciudad de Evora. All� al fin fu� avisada de la muerte del Pr�ncipe su hermano cosa que le di� pena muy grande como era razon por el amor que le tenia, y por la grande falta que hacia � toda Espa�a. Sus padres como Pr�ncipes tan Christiai nos y prudentes llevaron este golpe con senalada paciencia, en que mostraron no menor valor que en las muchas victorias que ganaron de sus enemigos; y es cosa muy natural que lo que es mortal y lo que es fr�gil se quiebre y muy justo que dexemos � Dios hacer de nuestras cosas, que mas verdadera mente son suyas, lo que � su Mag'estad agradare. El reyno de N�poles no sosegaba del todo � causa que el pr�ncipe de Saler no con los de su val�a y casa no se fiaban del nuevo Rey y po nian en defensa sus castillos y plazas. La primera muestra que el Principe di� desta mala voluntad, fu� que como quier que se hallase presente quando en N�poles alzaron por Rey � Don Fadrique, no quiso acudir � su coronacion: el color, que se hallaba muy gastado. Solo el pr�ncipe de Bisi�ano acudi� un dia despues para dar razon de s� y se interpuso por mediane ro para concertar al de Salerno con el Rey y traelle � su servi cio. No aprovecharon ningunas de las muchas diligencias que se hicieron hasta tanto que el Rey con su gente bobo de salir contra �l y cercalle dentro de Diano que era una muy fuerte plaza de las muchas que aquel Pr�ncipe tenia. Trataba el gran Capitan � la sazou de volverse� Espa�a por tener aquella guer r� de N�poles por concluida. Con este intento habia dado vuelta � Calabria y pasado a Sicilia: al presente vino � Napo les para despedirse de aquel Rey y Reynas. Hici�ronle instan cia se fuese � hallar en aquel cerco, en que resultaban'dificul tades � causa de los muchos que dentro el lugar tenia y de la poca lealtad con que los naturales serv�an � su Rey. Re cogi� pues el gran Capitan como quinientos Espa�oles y con otros tantos Alemanes que el Rey le di�, se arrimo tanto � la muralla que �l se puso � mucho peligr�, y apret� tanto a los cercados que el Pr�ncipe fu� forzado de rendirs'e. Capitularon que el Pr�ncipe saliese seguro del reyno y todos los que quisie sen ir con �l con facultad de llevar consigo sus bienes' que todos los castillos y estado del Pr�ncipe se entregasen al Rey �.

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